Capítulo | 20

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P.O.V: Nebraska Grey

Despierto bastante cómoda y aún con peso encima, he dormido y descansado muy bien. Abro los ojos y me encuentro con Edward sonriendo mientras mantiene una de sus manos en mi vientre, maldición, incluso con los ojos cerrados se ve bien.

—¿Hoy no trabajas? Tu alarma no sonó —señala y me sobresalto, no creí que estuviera despierto.

—No, mi jefe nos dijo que no fuéramos. Ayer hubo una fuga de gas en el edificio y nos dijo que volvieramos el lunes.

—Eso es conveniente para nosotros —admite mientras pasa una pierna por sobre las mías y me aprieta contra su cuerpo.

—Mmhm.

Sonrío contra su pecho y dejo un pequeño beso ahí antes de morder levemente, este chico es cómo tener un calefactor personal para invierno y a mi me sirve porque soy friolenta. El sol entra por entre las cortinas que ni siquiera sabía que había cerrado.

—¿Cuánto llevas despierto?

—Unos minutos —dice dejando un pequeño beso en mis labios—. No te quería despertar.

—¿Me estabas viendo cómo un psicópata? —sonríe y asiente—. ¿Te quieres duchar?

—Primero cariñitos —susurra besando mi mejilla.

—¿Te gustan los cariñitos? —pregunto con esa voz con la que le hablaba a mi mascota, esa que es cómo de bebé, rápidamente me arrepiento.

—Sí —responde besando mi mejilla repetidas veces—. Suenas muy adorable así.

Siento que me arde el cuello y la cara, pero se siente ese cosquilleo en la panza y el calorcito en el pecho.

—Tan adorable y caliente —murmura en mi oído, mientras que su mano dibuja en mi pierna.

—No hagas eso.

—¿Por qué?

—Así no querré levantarme de la cama.

—Mejor para mí —susurra pasando a presionar su cuerpo por sobre el mío, de eso no me quejo, además de que no me deja hablar porque sus labios toman los míos.

***

Seco mi cabello mientras que él me mira desde el umbral de la puerta, está sin camiseta porque no ha querido salir de la habitación sin mi.

—Me comienza a agradar que uses vestidos con frecuencia —musita y lo observo por el reflejo del espejo, está viendo mis piernas.

—Pues, uso vestidos por mi y no por ti, no me interesa si te agrada o no —digo alzando una ceja para ver que tiene que decir a eso.

—Me da la sensación de que hay personas a las que no les gusta cómo te vistes —frunzo el ceño y entrecierro los ojos—. Papá era psicólogo, aprendí un poco a leer entre líneas y también el lenguaje corporal.

—Aprendiste bien —se acerca y me quita el secador antes de darme vuelta y hacer que nos quedemos frente a frente—. ¿Qué haces?

—¿Cuando salgamos de la habitación todo será igual a lo que aquí pasó?

—Si te refieres a tener sexo, puede ser —digo dejando un pequeño beso en su barbilla a la vez que ríe mientras paso mis manos por sobre sus hombros.

—No me refería a eso, pero no me quejo —besa mis labios y sonrío en ellos cuando me hace cosquillas al mover sus manos de mi cintura a la cadera—. Me refería a si estarás abierta a esto y no querrás escapar como generalmente haces.

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