Epílogo

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P.O.V: Nebraska Grey

—Dime, Bella.

Cariño, llamo a mi hijo y no me responde ¿Tú estás con él?

Sí, me he quedado acá con ellos para salir sin retrasos, ya sabes que quiere ir en auto —mascullo mientras me visto.

¿Alcanzan a llegar a la cena?

—Supongo que sí, igual no lo sé.

—Los vamos a esperar para la cena.

Gracias.

Oye, en mi habitación hay una bolsa con algunas cajitas de regalo, las olvidé ¿Pueden traerlas por favor?

—Está bien. Oye, dile a mamá que no me llame demasiado, por favor.

Yo le digo, te quiero, tengan buen viaje.

Corto la llamada y corro a buscar la bolsa para llevarla al auto. Justin mira sus dibujos animados, ahora ya no ve Kung fu panda todos los días, ahora escucho a Aladdin cada 4 horas cada día que paso con él. Voy a la cocina a beber agua y ato mi cabello porque me molesta para seguir ordenando las cosas de Justin.

—Nana —me asomo al living y lo veo sentado comiendo una de sus galletas de chocolate favoritas—. ¿Seguda que papi va a llegad? El viaje a donde la abuela es ladgo.

—Estoy segura, peque.

—Bueno ¿Nesitas ayuda?

—No, peque, estoy bien. Pero si me das un abrazo seré más feliz —el niño se baja del sofá y viene a abrazarme.

Es tan mono que me dan ganas de morderle las mejillas cada que lo tengo cerca, aunque estas últimas 2 semanas se ha sentido extraño porque se le ha salido el decirme Mamá en vez de Nana y se confunde, yo lo entiendo, si me hace ilusión que me llame mamá y lloro cada que lo hace, pero sé que para él si es más confuso y lo entiendo aunque si me pone triste que se aleje demasiado cuando necesita su espacio.

Vuelvo a ordenar su ropa mientras que el sigue viendo su película, le marco a Edward porque me está preocupando que aún no venga, tenemos que salir a eso de las 4 de la tarde y ya falta una hora, es eso de que se vista y todo el rollo saldremos más tarde por su culpa.

Señorita Nebraska Grey, mande usted.

Señor Edward Lewis ¿Me puede decir dónde es que viene?

Claro, cariño. Voy llegando a casa, no te preocupes.

Dejaré la preocupación de lado cuando te vea frente a mi y me des un besito.

Cuenta con ello, cariño. Por cierto ¿Has hablado con mi mamá? Es que tengo varias llamadas perdidas pero si le marco y sabe que voy conduciendo me va a reñir.

Sí, ya hablé con ella. Era porque se le quedaron los regalos acá —suelta una risita y ya lo veo negando con la cabeza—. Ya los tengo en el auto.

Me parece bien ¿No quieres que te lleve algo?

No, estoy bien, sólo quiero que llegues.

Ya estoy aquí —siento sus manos en mi cadera y doy un brinco, yo me voy del mundo ¿Cómo no noté que ya había llegado? Y ¿Cómo no escuché a Justin saludarlo? —. Cariño, no llores.

—¿Otra vez mamá lloda? ¿Qué hiciste papá? —dejo salir mi risa aun llorando y dejo que Justin me abrace en vez de su papá.

—¿Por qué tiene que ser mi culpa que ella llore? —cuestiona mi novio.

DONDE COINCIDIMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora