Capítulo | 1

778 17 0
                                    

P.O.V: Nebraska Grey

Lloro sintiéndome patética, pero es que en realidad ya no se que hacer, todo se me fue de las manos. Por suerte llega mi mejor amiga y la abrazo como quise hacer durante todas las horas del vuelo, lloro en su hombro y presiento que me debo ver como una estúpida, aunque en mi defensa ante el mundo nadie sabe lo que ha pasado.

—Vamos al departamento.

Sigo a mi amiga que llama a un taxi porque por desgracia aunque tengo auto, no sé conducir y era mi novio quien hacía de chofer, Montana tampoco sabe conducir y no se le hace problema porque vive con su padre que generalmente le sirve de conductor.

—Ya sabes que puedes decirme todo a mi.

—Sí, pero no eres la única aquí —digo viendo por la ventana, lo oscuro que está la ciudad y no es para menos si el reloj marca las 4 de la madrugada.

—Ya llegaremos a tu depa.

Lloro en su hombro y ella me acaricia peinando mi cabello que está hecho un asco. Las calles de Baltimore están vacías y por eso mismo llegamos pronto al edificio en donde está el departamento que mis padres compraron hace unos años en Harbor East. Papá siempre prefirió asegurarse que sus hijos estarían bien vayan donde vayan y por eso mismo, siempre va muchos pasos antes que nosotros.

Vamos al ascensor y cada una lleva una de mis maletas que había llevado a mi luna de miel. En subir a mi hogar me encuentro llorando y recordando las asquerosas horas anteriores, sollozo y mi amiga me vuelve a abrazar suspirando porque aunque no entiende o no llega a comprender la magnitud de mi sufrimiento, se hace el tiempo para venir y estar conmigo siendo la única persona en el mundo que sabe lo que ha pasado.

—Tranquila.

—No. Puedo —digo ya hipando.

Las puertas se abren en el piso donde vivo y vamos a la puerta donde solo pongo mi celular en el lector y con solo eso ya se ha desbloqueado, si pierdo mi celular pierdo la llave de mi casa. Entramos y voy directo a la cocina mientras que Mont deja las maletas en el living y me espera en el sofá.

Sirvo dos copas de vino y las llevo junto con la botella que se hará poca mientras le comento mi desafortunada luna de miel en uno de mis lugares favoritos que resultó ser el lugar de ellos y no el mio.

—No sé cómo voy a enfrentar un divorcio, no lo tenía previsto —digo con pesar.

—Amiga, nadie ve un divorcio cuando recién iban en una luna de miel.

Vuelvo a llorar viendo hacia el Puerto de Baltimore, de pronto vuelven esas imágenes que me negaba a creer, pero es que no lo sé, nadie piensa que eso pueda pasar en algún momento.

—Aska —mi amiga menciona mi nombre con tanta melancolía que incluso noto que sus sentimientos son reales, no como los de Josh y Janice—. Vamos a poner música, tengo la canción perfecta.

—¿Cúal?

—Ya verás, amiga mía.

Enciende a Alexia, a quien había dejado desconectada porque así dejé todo el lugar, y le susurra una canción, por desgracia yo no llego a escuchar, pero con sólo el inicio sé cual es.

—Now go stand in the corner and think about what you did. Ha, time for a little revenge —escucho a Taylor y grito con mi amiga emocionada.

—The story starts when it was hot and it was summer. And, I had it all I had him right there where I wanted him. She came along, got him alone, and let's hear the applause. She took him faster than you could say ¡Sabotage! —cantamos a todo pulmón y luego tomamos un poco de vino preparándonos para el coro.

DONDE COINCIDIMOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora