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- ¿En que estabas pensando Emi? - dijo el omega sonriendo por ver todas las fundas de comida

- No estaba pensando Joaco...- el alfa se rascaba la nuca

- Ya ví... ¿Qué haré con toda ésta comida?

- Nikolás fué el que dijo que acabarías con toda la alacena una vez despertaras - le echó la culpa al otro omega mientras hacía un puchero y funcia el ceño

- ¡A mí no me metas alfa tonto! - se escuchó al ojiverde desde la sala hasta dónde ellos se encontraban

A la vez se escuchó una pequeña risa contenida por parte del omega, Emilio regresó la mirada hacía su pequeño omega, el cuál cubría su boca con una mano y dejaba ver sus tiernas arruguitas al final de sus ojos.

- Oh... no estás haciendo eso realmente - dijo el rizado dirigiendo sus dedos hacía el estómago del ojimiel

- No, no, no, E-Emilio, cosquillas no, no, por favor - logró decir el castaño entre las risas que el alfa lograba sacar de él

- Es para que te rías con ganas, por burlarte de mí - decía el alfa aún haciéndole cosquillas a su chico

- Jajaja sólo bésame tonto - dijo el ojimiel recuperando un poco el aliento sin dejar de reír

El alfa no pensó 2 veces la petición de su omega, lo tomó por la cintura y se inclinó un poco hacía él, mientras tanto el omega se paró de puntitas para quedar a una menor distancia, subió las manos hasta su cuello y con una de ellas tomaba sus rizos, se visualizaba una escena hermosa, no hacía falta ver más para captar todo el amor que alfa y omega se tenían y no sólo porque fueran destinados, era algo más... parecía que desde vidas anteriores ya se habían encontrado una y otra vez...

El otro omega rubio miraba todo desde dónde estaba sentado, podía apreciar todo lo que hacían su pequeño amigo y el alfa. Le parecía tan lindo toda la situación, estaba feliz por él. Sólo esperaba que algún día él pueda encontrar algo igual.

- Por favor en la cocina no vayan a hacer porquerías, no volvería a prepararme un emparedado con tranquilidad - dijo con molestia fingida

- ¡Nikolás! - chilló el ojimiel con las mejillas ardiendo

- Jajajajajaja genio, recuerda que yo sé tu secreto - dijo con una sonrisa pícara

- ¿Secreto? - preguntó el alfa un tanto desconcertado

- Que aún se conserva virgen para tí ¿tan rápido y ya lo olvidaste Emilio? - dijo al alfa para molestar más a su amigo

- Oh...- dijo el alfa sonrojándose un poco

- Eres un idiota Nikolás, vamos amor, quiero ver una película antes de que te vayas - dijo el ojimiel tomando unas cuántas golosinas de las que su amado alfa le había comprado, dirigiendo al alfa hasta su habitación

El alfa sólo se limitó a sonreír, al final de cuentas era su pequeño quién mandaba, nunca podría negarse a nada que él le pidiera...

Le encantaba hacerle caso. Era cómo ver que un pequeño gatito quería mandar y eso lo hacía ver más tierno. Le encantaba su omega no había duda, nada podría cambiar eso, él no pensaba dejarlo ir y se lo prometió a él mismo. Sabía que nunca iba a faltar a su promesa... ¿Ó sí?

- Por favor, es mi película favorita - espetó el ojimiel haciendo un puchero dejando ver aún más grandes sus hermosos ojos ámbar

- Me matas Joaco - susurró dejando un pequeño beso en la frente de su pequeño - creo que ya me sé los diálogos "Así que no será fácil, será difícil. Y tendremos que empeñarnos cada día, pero quiero hacerlo porque te quiero. Quiero todo de tí, para siempre, tú y yo. Cada día." - dijo el oji-café imitando una de las frases de la película favorita de su pequeño

¿A Dónde Vá Uno Cuándo Tiene El Corazón Roto? // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora