Joaquín sufre una de las más grandes traiciones en su vida.......El engaño de su alfa. Por ésto él decide regresar a México con el corazón roto, pero con la esperanza de encontrarse a sí mismo y empezar de nuevo. Lo que él no sabe es que dentro de é...
- SI QUEREMOS, Joaquín contéstale a nuestro alfa... Joaquín, contéstale, lo harás enojar, contesta- el omega suplicaba al ojimiel respuesta alguna, pero éste estaba atónito, los cortejos en México ya eran algo vintage y muy pocos lo hacían.
- S-i- logró musitar con los labios temblorosos y los ojos totalmente cristalizados
El rizado tomó su mano y besó sus nudillos – Lo haré bien omega
Tomaron asiento en cuánto vieron al docente ingresar, Joaquín creyó haber visto un choque de puños entre el rizado y Diego – mi imaginación solamente - pensó.
La clase transcurrió normalmente, el rizado cada cierto tiempo miraba a su precioso omega, haciendo que éste se sonroje, amaba ver ese color carmín en las mejillas de tan precioso ser, no necesitaba nada más que su omega junto a él.
- Bueno señores, eso ha sido todo por hoy - dijo el beta anciano - recuerden que mañana tenemos examen así que prepárense.
La clase había terminado, no había prestado nada de atención por estar perdido en las delicadas facciones de su Joaquín.
- Ahora seremos burros - habló el alfa al rizado - es precioso lo sé, yo también estoy loco por él - volvió a hablar - pero debemos prestar atención.
No se había dado cuenta de que su Joaquín ya estaba saliendo por estar perdido en sus pensamientos.
- Oye, Osorio - habló el alfa ojimarrón - tonto, se te vá.
El oji-café salió prácticamente corriendo del salón para alcanzar a su ¿novio?, ¿amigo?, no está claro aún.
- Te invito a comer Joaco ¿aceptas? - dijo el rizado mientras recuperaba la respiración.
- Mmm, depende - dijo el ojimiel mordiéndose el labio inferior
- ¿Depende de qué Omega?
- Si yo elijo el lugar
- Ya sabes que lo que tú digas se hace omega
- Quiero pasta, pero del restaurant del centro de la ciudad
- Ahí iremos entonces, ¿estás de antojos omega? - dijo el rizado sonriendo y llevando una mano al vientre del omega cómo mero reflejo y el omega sólo sonrió ante la acción
- Extraño esa pasta solamente - dijo y arregló un poco su cabello
- Está bien omega, lo que tú ordenes
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- Mmmh ésto está delicioso Emi - no se dió cuenta del apodo con el que había llamado al rizado
