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Cuándo te das cuenta que estás perdiendo lo más preciado, lo más bello, lo más valioso que has tenido, puedes volverte loco, actúas por instinto y eso te hace cometer una estupidez tras otra, no razonas, no tienes conocimiento de tus acciones y eso era lo que me estaba pasando a mí al ver a mi precioso omega lanzarle su camiseta al idiota de Valdes, cuándo debería dármela a mí, yo soy su alfa, su pareja, su destinado...




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El partido continuó, en el aire se percibía feromonas de deseo sexual, los chiflidos y piropos continuaban a cierto omega ojimiel de cintura peligrosa y piernas deseables...

Emilio no podía dejar de asesinar una y otra vez con la mirada a Diego ¿Porqué su omega le daría una prenda? ¿y porqué su omega estaba siendo deseado por más de un alfa ó beta?

Era suyo, nadie debía verlo, sólo él podía, no se creía capaz de seguir aguantando aquello, ya se estaba mareando de tanto olor mezclado y no eran sólo olores de chicos sino también de chicas que miraban a su omega con deseo

Estaba tan sumergido en sus pensamientos que no escuchaba nada de lo que Eduardo y Albert le decían, al parecer el partido ya había acabado y la casa había ganado. Buscó con la mirada al ojimiel y notó que estaba siendo elevado una y otra vez, al parecer fué quién anotó más goles. La sangre comenzó a hervirle cuándo vió que Diego iba hacía su omega junto con Nikolás y no lo pensó 2 veces, bajó de las gradas a pasos rápidos, llevaba los puños tan apretados que los nudillos parecían se saldrían de su lugar, vió cómo Joaquín era abrazado por Niko y ese hijo de puta que quería quitarle a su omega...

Por otra parte, estaban el pelinegro y el rubio que corrían tras el rizado, lo conocían lo suficiente cómo para saber que era capaz de hacer una locura y mucho peor si se estaban metiendo con su omega, que, aunque estén peleados su alfa lo seguía reclamando cómo suyo

Corrió hacía ellos y al parecer Joaquín lo sintió con anticipación y volteó a buscarlo con desesperación, sentía su enojo, sus celos, no había necesidad de un lazo, eran destinados y tanto cómo en días anteriores había sentido su dolor, ahora el omega sentía su enojo...

- ¡MALDITO HIJO DE PERRA, ALÉJATE DE MI OMEGA! - se escuchó gruñir al rizado

- ¿Me hablas a mí? - dijo Diego esbozando una media sonrisa, con un tono burlesco – Joaco no es de tu propiedad, no es un objeto

- Joaquín es más que eso y aunque lo quisieras nunca podría ser tuyo - el rizado estaba hirviendo en coraje - así que aléjate de él ahora

- Podría serlo si quisiera, pero él es dueño de sus decisiones, no tú - se escuchó la risa del rizado en respuesta y Diego metió una mano en su bolsillo – además si tuviera la fortuna de tener a Joaco, no sería tan idiota para cambiarlo por otro omega - volvió a hablar viendo cómo la sonrisa del rizado se desvanecía.

¿A Dónde Vá Uno Cuándo Tiene El Corazón Roto? // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora