¿A Dónde Vá Uno Cuándo Tiene El Corazón Roto? // Adaptación Emiliaco Omegaverse

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Música resonando desde los parlantes del salón, cuerpos con costosos atuendos moviéndose por todas partes, distintos aromas, mesas llenas de comida y bebidas aparentemente sin alcohol, pero vamos era más que obvio que alguien ya le había puesto un poco.

Por dónde quiera que los vieran eran el típico grupo de alfas del que todas y todos los omegas estaban enamorados, teniendo a la cabeza un atractivo alfa rizado de ojos cafés envuelto en un costoso traje azul media noche, se había cambiado después de la cena que tuvo con su familia, seguido de uno de sus mejores amigos de su infancia, un apuesto alfa ojiazul con sonrisa de ensueño, por último teníamos al futuro papá, un alfa increíblemente atento y muy guapo también, para ellos era raro que todos los vieran así porque no sentían que eran diferentes en comparación a otros.

Sus padres y omegas no iban con ellos ya que los mayores querían que disfrutaran sin frenarse sólo porque había adultos viéndolos y sus omegas querían sorprenderlos con sus atuendos.

- Esto es increíble - habló por sobre la música la omega rubia, sobresaltando a los alfas - ya quiero venir a la universidad - siguió sonriendo.

- Dos cosas, uno - señaló con su dedo - nos asustaste y eso no se vé tan atractivo en un alfa - la omega río - dos ésto no es nada comparado a las fiestas en las fraternidades - le respondió el alfa ojiazul - esas son mejores ya que no tienes que ir forrado con éstas cosas - señaló su traje oscuro.
- Ren - la llamó el rizado - ¿Dónde están nuestros omegas y tus hermanas? Prometimos cuidarlos y sólo te vemos a tí.

- Quiero a mi bonita ya - reprochó el rubio - llevamos ya mucho tiempo separados.

- Yo quiero ver lo hermoso que se verá Ni en su traje - exclamó enamorado el último alfa.

- Paciencia alfas tontos - rodó los ojos - ya llegan, sólo les advierto que nada de babear - sonrió - mira, ahí vienen.

¿Han visto que siempre en las películas de adolescentes están ese típico grupo de chicas al que todas quieren pertenecer y cuándo son bailes ó fiestas así hacen su típica entrada en la que pareciera que fueran en cámara lenta demostrando lo reinas que son?

Bueno era algo bastante parecido lo que los alfas estaban viendo ahora, por la puerta principal del salón entraban el grupo de omegas, brillaban tal estrella todos, reían de algo y lo más seguro era que reían de las expresiones de sus alfas al verlos entrar, éstos estaban literalmente cómo babeando y cómo no hacerlo.

¿Han visto también que éstos grupos de amigas siempre hay una abeja reina? Normalmente ésta es mala, pero en éste caso su "abeja reina" era el omega más dulce que había pisado alguna vez ésta tierra, un hermoso omega varón de ojos mieles, el cuál estaba ceñido en un hermoso vestido azul platinado que estaba abierto de una pierna dejando ver sus muslos rellenos, mientras resaltaba aún más su ya prominente trasero, le habían arreglado la parte de arriba del cabello con unas cortas ondas, pero ¿Qué sería de una abeja reina sin sus amigas?, que en éste caso son su mejor amigo, cuñado y hermanas, todos vestidos en trajes impresionantes y tan bien arreglados.

- Cierren las bocas muchachos - se burló la rubia - se les meterán las moscas.

- No puedes malditamente pedirme eso - habló el rizado sin quitar la mirada de su omega que venía caminando cuál modelo - ¿ya viste a tu hermano?

- Obviamente - sonrió orgullosa viendo a su precioso hermano - yo lo arreglé, de nada.

Nunca podría olvidar ese escena, su pequeño novio y futuro esposo se veía impresionante, él ya era muy hermoso, pero ahora mucho más, no le alcanzaría la vida para agradecerle a Ren ó a quién quiera que lo haya convencido de usar un vestido.