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9:00 a.m.

Primer día de clase en la universidad, alfas, betas y omegas entre corredores, yendo y viniendo de un lado a otro, conversando y haciendo nuevas amistades...

Emilio, un alfa alto de complexión corpulento ojos cafés y brillantes, labios no tan gruesos, pero tampoco tan delgados y con un color sandia haciéndolos ver demasiado deseables, rizos achocolatados descendiendo hacía sus hombros amplios y vistosos.

Emilio se encontraba en el discurso de bienvenida junto a 2 de sus mejores amigos del colegio que coincidían en la misma universidad, la verdad es que no era coincidencia siempre habían sido mejores amigos, así que decidieron aplicar en la misma para seguir siendo el trio bomba en la misma universidad en la que ingresó, todo iba a la perfección ya que ellos siempre fueron el grupo de alfas atractivos, populares y carismáticos, así que no tuvieron problema en conseguir admiradoras y admiradores desde el momento en el que pusieron un pié en el campus...

Fué justo en el momento en el que bromeaba con sus amigos cuándo vió a un omega ingresar al recinto, una piel perfecta, que hacía juego perfecto con el color de sus ojos, labios rojos y delgados, curvilíneo con una cintura que hacía envidiar a cualquier omega, lo observó desde la punta de los pies hasta el último cabello rizado color castsño del chico.

Vió desde la entrada su manera de caminar el vaivén de sus curvas, fué justo cuándo pasó a un costado de él que su alfa rugió por dentro, ese olor dulce y embriagante que emanaba de quién se adueñó de su vista y olfato lo volvió loco y supo que ese era su omega, su persona, su complemento. Emilio se quedó anonadado ante el omega que pasaba a un lado de él con prisa...

9:45 a.m.

- Si mamá, ya voy tarde al discurso de bienvenida, te amo adiós - dijo el ojimiel mientras tomaba su mochila y las llaves de su dormitorio, antes de salir dió un último vistazo al espejo, la verdad era que se veía espectacular, jeans negros ajustados que hacían ver su trasero más grande de lo que ya era, una playera color verde menta de mangas largas que hacía contraste con sus ojos salió dando pasos apresurados hacía el primer evento universitario.

Con la mirada escaneando rápidamente a cada alumno de su nueva casa de estudios, pues su mejor amigo Niko salió antes de la habitación en busca de café, sin éxito alguno, pues llegó hasta el auditorio en dónde se daría el discurso de bienvenida, antes de entrar respiró hondo, pues era el primer día que tenía que convivir con alfas, betas y omegas desconocidos y el castaño no encontraba a su mejor amigo. Ingresó al recinto buscando detenidamente a su amigo entre la multitud, sin tener éxito a primera vista decidió continuar su camino, pues se sentía observado, pero sólo le importaba encontrar a su mejor amigo...

De repente sus ojos ámbar se posaron sobre un punto fijo que lo hizo caminar de manera muy rápida, cuándo sintió que su omega comenzaba a incomodarle, sentía algo extraño cómo si quisiera salir de sí mismo, pero no le tomó importancia, creyó que eran los nervios del momento por perder a su mejor amigo de vista.

- Niko, por fin te encuentro - dijo con la respiración agitada esbozando una gran sonrisa

- Joaquín ¿en dónde estabas? - respondió el rubio con el ceño preocupado

- Me quedé hablando con mamá, tú sabes cómo se preocupa y cuándo ví ya se me hacía tarde para vernos en el lugar acordado

Se abrazaron y rieron por un largo rato en el que esperaban que comenzara el evento de bienvenida...

Minutos más tarde...

- Sean todos bienvenidos, el día de hoy será libre para que puedan terminar de conocer el campus, cualquier duda se pueden dirigir a cualquier oficina en los departamentos de asesoría, sin más que decir ¡BIENVENIDOS!

¿A Dónde Vá Uno Cuándo Tiene El Corazón Roto? // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora