8

71 9 21
                                    

/Dai/

Hay muchas razones por las que faltar a la escuela no me gusta. La principal es que es por mis buenas notas y asistencia logré mantener una beca para estudiar, de otra forma jamás habría llegado a una escuela decente. Mamá apenas se interesa por mantener la casa cuando recuerda, así que jamás habría pagado por mis estudios.

Sólo llegué hasta aquí porque recibo dinero del gobierno por mi padre, lo que no es suficiente.

Y la segunda es porque debo estar con mamá en casa. Cuando pequeña quería estar con ella todo el tiempo, poco a poco comprendí que en realidad lo que yo pensaba que sería un día con ella, no se acercaba a la realidad. Hace años logré aceptar que aunque yo quiero a mi mamá, y que entiendo porqué mi presencia no le gusta, estar con ella encerrada es incómodo.

La escuela es una escape en gran parte del día, al menos cuando Atsu no se aparece por mi camino.

*Dai-llama mamá fuera de la puerta de mi habitación-necesito dinero-hago una mueca y guardo silencio-¡Dai!-grita.

*En el cajón mamá-digo porque ayer llegó haciendo un desastre y dejó todas sus cosas tiradas por la casa y yo tuve que ordenar, sus pasos se alejan y yo miro por la ventana.

-¿Qué dirás...?

Las palabras de Haiko no han parado de dar vueltas por mi cabeza y al ver mi reflejo en el espejo roto de la habitación, sus palabras se vuelven piedras en mi corazón.

La cara ya no está hinchada pero sigue morada, el ojo y la mejilla, ésta última también tiene varios rasmillones mientras que mi labio tiene dos grietas abiertas. Sobre cada ojos descansa una venda cruzando las cejas.

Así que, aunque faltar a la escuela no estaba dentro de mis primeras opciones, era necesario.

*Dai-llama de nuevo-¿Saliste temprano de la escuela?

*No mamá, no tenía escuela hoy-miento y se hace un silencio.

*Entonces ve a comprar alcohol-suspiro.

*Nadie le vende alcohol a menores de edad, mamá-digo cansada.

*El viejo de Hako lo hará-ni siquiera dice bien su nombre-esta enamorado de ti, úsalo a tu favor y usa al viejo.

*Él tampoco vende a menores-y no está enamorado de mi, pienso, sólo tiene un cariño paternal por una niña que ni siquiera es su obligación.

*¡Aaagh!-se queja tras la puerta y golpeándola-ni para calentar a un viejo sirves. Aprende algo de la vida, sácale provecho a los viejos idiota como él, es lo único que podrá lograr alguien como tú-sus pasos se alejan y yo suspiro.

Mamá y Atsu tienen eso en común.

Nunca he entendido cómo funciona su mente y en realidad tampoco lo cuestionaba porque no me interesaba, pero aunque dicen que no valgo los hombres podrían caer a mis pies si quisiera.

-Sólo vas a esa escuela para mirar a los chicos.

-No te quiero cerca de ellos.

Pero aunque hablaban así de todos, Haiko y Ellio siempre fueron una excepción que no consideraba cuando mamá o Atsu decían que todos los hombres iban a buscar lo mismo de mi, porque ellos me conocieron de niña. Haiko siempre me vió como una hija o nieta, y Ellio es 15 años mayor, ni siquiera me notaría si no fuera porque trabaja para Haiko.

-Queríamos ver a Dai.

Pero ahora sé que hay más personas así, el trío de amigos son la prueba. No tienen doble intenciones más que pasemos un buen rato todos, como amigos. Son sinceros al sonreír y hablar.

Pedazos (Shota Aizawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora