IV. Amigos.

20 3 1
                                    

Estaba tomando el sol en la piscina del hotel, cuando una figura humana me cubrió con su sombra, abrí los ojos y me quité los lentes de sol y vi a Charles a los ojos.

. – Disculpa... estas obstruyendo que la luz solar impacte con mi piel y me ayude a broncearme. – Dije mientras me recargaba en mis codos a mirarlo. - ¿Cómo estas Charles?

. – ¿Si sabías que el sol produce cáncer de piel? – Dice el monegasco sentándose en uno de los camastros frente a mí. – Estoy bien, no pensé que te fuera a encontrar por aquí. ¿Tú como estas?

. - ¿Por qué no? Estoy bien... Y si sabía, pero no es como que pase horas y horas aquí, solo llevo 20 minutos. – Respondí mirando la hora en mi celular.

. – Porque fui a tu habitación, toque y como no abriste creí que estabas aun dormida como los demás. – Respondió.

. – Oh... Bueno, es que desperté con mucha hambre, así que solo me cambie, me lave los dientes y subí para desayunar, tomar el sol y nadar un rato. – Sonreí y me senté en el camastro quedando frente a él.

. – Ya veo... quisiste hacer un día productivo. – Dijo. – Te propongo para hacerlo más productivo que entrenes conmigo esta tarde.

. - ¿Entrenar contigo? –

. – Si... mi entrenador pondrá la rutina, no la haremos tan ruda... sé que eres una rata de gimnasio también, así que... es más como un reto. – Agrego. ¿Sería buena idea entrenar con un piloto de fórmula uno? Lo averiguaríamos.

. – Lo acepto... pero, hagamos una apuesta. – Agregue. – Si aguanto la rutina completa, te enseñare una coreografía de minuto y medio, la grabaremos y la subiremos a mis redes sociales, y si no aguanto la rutina...

. – Si no aguantas la rutina, te subo a mi auto a darte un par de vueltas rápidas en la pista. –

. – Bien, acepto el trato Leclerc. – Dije extendiendo mi mano para cerrar la apuesta.

. – A las 5 en el gimnasio del hotel. – Agrego el monegasco.

. – Ahí estaré piloto mimado. – Dije colocándome de nuevo los lentes de sol y me recostaba de nuevo en el camastro a seguir tomando sol.

Charles se quitó la camisa que llevaba puesta y camino hasta la piscina para ir sumergiéndose poco a poco. Así estuve por un rato más hasta que me dio hambre y me quité de los camastros para ir por comida al buffet del restaurante. Algunos chicos fueron llegando, parecía que algunos apenas se estaban despertando y no los juzgaba porque al ser las 2 de la tarde, perfectamente podría ser yo quien estuviera despertando a esta hora o incluso más tarde.

Termine de comer, me despedí de los chicos y decidí subir a mi habitación a descansar para el entrenamiento que tendría con el monegasco. Si quería ganarle debía descansar, y por suerte había traído dos de mis suplementos pre-entreno para poder tener energía y aguantar.

A las 4:30 de la tarde me paré de la cama, me cambié la ropa por un conjunto deportivo, tomé mis suplementos y salí de mi habitación con rumbo al gimnasio del hotel. Cuando llegue Charles ya estaba ahí esperando, me sonrío y lo salude, al igual que a su entrenador Andrea.

. – Bueno, entrenaremos normal, no como entrena un piloto de fórmula uno, porque no queremos matarte. – Dijo el entrenador con asentó italiano.

Marco la rutina, y Charles y yo hacíamos todo al mismo tiempo, yo sentía que mi alma se salía de mi cuerpo con cada ejercicio que hacíamos, pero no podía rendirme, tenía que aguantar para poder hacer que Charles hiciera un video bailando, igual y sería buen marketing para la escudería Ferrari.

Let's  dance.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora