Las consecuencias de las palabras hirientes son catastróficas, no solo crecen como un árbol torcido, si no que se crean máscaras, para ocultar el dolor del alma.
Rin era prueba de eso, cada palabra, cada una de ellas fue un golpe, una aguja clavada en su piel, el reconocimiento de su hermano lo era todo para el, pero ¿Ahora todo era así de verdad? ¿Que pasaría? ¿De verdad dejaría a Sae solo?
Sae al escuchar a su hermano, se acercó rápidamente a su cama, tomando su mano, lloro. El sorprendido Rin solo pudo escuchar los llantos de su hermano, acariciando su cabeza en el proceso con algo de duda.
— Rin ... ¿Porque no me lo dijiste? Yo... Talvez hubiéramos buscado ayuda en otro país, talvez no lose podríamos haber buscado más opiniones, podemos salvarte, vamos a trasladarte al mejor hospital y te salvarás, seguirás entrenando para ser un gran jugador, te lo prometo Rin yo- — El Itoshi mayor se callo al sentir el agarre fuerte de su hermano, apenas era un apretón, pero suponía que debía ser fuerte ¿No?
— Sae... Para porfavor ... Hermano yo voy a morir — Elevando su cabeza para mirar al techo como si fuera lo más interesante del mundo con una sonrisa — Talvez no fui un buen hermano, debí esforzarme más para estar a tu lado, resivir tus pases y solo talvez, hacer que te sientas orgulloso de mi, que te sientas bien al saber que soy tu hermano menor— ... — Yo te quiero.
— Rin, aún podemos hacer todo eso, aún podemos jugar juntos, solo déjame hacer hasta lo imposible por salvarte porfavor...
— Solo me quedan seis días... Sae yo, solo quiero que esteas bien
— ¿¡COMO PUEDO ESTAR BIEN SI VAS A MORIR!?
— Lose...
El tiempo pasó, se hicieron algunos chequeos, dónde Rin no mostraba ninguna mejoría o algún indicio de que el doctor haya estado equivocado, Sae estaba muriendo, no en terminó físico, pero lo estaba y Rin también, pero este si en un término físico, ambos estaban muriendo, de diferente forma, una más silenciosa que la otra, pero al fin y al cabo llevaban al mismo resultado.
— ¿Cuando será tu próximo partido Sae? — Dijo Rin en su cuarto de hospital tratando de hacerle plática.
— Uh no participaré, lo único que me motivaba a participar en ese estúpido proyecto es el ver cuánto habías mejorado, si talvez ya estabas listo para desafiarme, mientras eso no pase, no tengo interés en ese proyecto.
— Pero hermano - —... — Deberías participar, se vería bien que destruyas los sueños de esos deportistas, además eso siempre te a gustado.
— Talvez Rin, talvez, yo solo quería enfrentarme a mi hermano, no a un montón de niñitos jugando al fútbol
— Pero hay buenos jugadores, de vedad, podrías jugar contra ellos.
— ¿Cómo quienes?
La intriga en los ojos del hermano mayor era palpable, pero la angustia de que su hermano ya no estaría a su lado era terriblemente más pesada.
— Hay un grupo, Barou, el se hace llamar el Rey de la cancha, no lose, es bueno supongo, Nagi, un peliblanco, el me llamo un poco la atención, Bachira Meguru, ese chico es bueno, ah y también Isagi, tiene Visión del campo, aunque le falta mejorar
— ¿Porque dices eso? ¿Paso algo?
— Yo le gane, su visión, no es comparada a la mía, concidero que puedo mejorar más mis habilidades, pero aún así, es atractivo ver cómo alguien quiere superarte ¿Verdad? —...— cuando renuncie a Blue Lock el estaba muy molesto conmigo, dijo que no quería ganar fácil, pero no me importa a decir verdad.
— Eres un chico bastante llamativo Rin, por eso eres mi pequeño hermano ¿No?
Los ojos de Rin se abrieron por la sorpresa, conteniendo su emoción afirmó a la pregunta de Sae.
Al fin le volvía a decir hermano de frente.
Siempre me eh preguntado, que habría pasado si Sae y yo jamás hubiéramos tenido nuestras diferencias, el echo de solo pensar en que hubiéramos Sido la mejor dupla, me hace feliz, conocía a mi hermano, era audaz y ahora lo es aún más, quiero saber ¿Que piensas? Talvez nunca debiste ir a España, talvez si no hubieras ido, no habrías cambiado, pero ahora te tengo junto a mi, y no se me quita de la mente que solo sientes pena por mi, que solo estás esperando que me valla para que esteas en paz, pero mi lado sentimental no lo acepta, porque aún tengo la esperanza de que me digas las tan anheladas palabras que quiero escuchar de tu boca, aún las estaré esperando, no importa si lo dices después de mi muerte, las escucharé y me sentiré feliz y en paz, porque, se que jamás dejaste de verme.
La tarde paso, con un Rin cansado, listo para dormir y un Sae quedándose en el sillón que estaba al lado de la camilla, ambos con Miles de pensamientos en sus cabezas.
Por más de que Sae se esforzaba por dormir no podía, al contrario de su hermano quien dormía como un bebé, siempre tenía esa postura, desde pequeño, ese recuerdo aliviaba el corazón de Sae.
— Carajo no puedo dormir — dijo más para su mismo
Se levantó con pesar tratando de ir por algo de agua, en la habitación donde estaba Rin, habian botellas de agua, una mesa de noche, un sillón, una alfombra y una TV con internet propio, no por nada pago el mejor cuarto del hospital, para que su hermano se sintiese bien
Agarrando la botella de agua, fue hacia la ventana viendo cómo las estrellas brillaban, era hermoso, tan solo ver cómo su hermano dormía con un hermoso cielo con brillantes estrellas, hacia que el corazón y el alma de Sae se llenara de alivio, sentía que todo estaba bien, Aunque no lo estuviese.
— Talvez deba irme con Rin, ¿Verdad? Mamá ... Si Rin no está, ya no tengo ningún motivo para brillar, Rin es prácticamente toda mi vida, aunque lo haya mantenido lejos, no puedo soportar la idea de que el estéa lejos de mí para siempre... Si Rin muere, yo no podría mamá ...
En ese momento paso una estrella fugaz, se supone que al pedir un deseo con esta se aria realidad ¿Verdad?
— Es estúpido pero ... Deseo que si Rin muere, te lleves mi alma junto a la de el, deseo que no me separes de mi hermano...
La luz de La Estrella se intensificó y aunque ese echo hizo que Sae retrocediera, le dió regocijo a su corazón, por esa noche Sae durmió sin llorar.
