Destinos Cruzados [Amor Lésbico ] [Novela Terminada ]

Parte 9

Capítulo9

Durante el vuelo de regreso, las cosas fueron un tanto distintas para Leticia. Tras aquella sesión de besos de la noche anterior, el cariño y la cercanía de Charlotte habían aumentado exponencialmente, y revelaban que la chica tenía un potencial muy grande para el amor, y que estaba dispuesta a dar su corazón si las cosas salían bien.

Leticia sonrió al sentirla dormir sobre su hombro, y de alguna manera, aquello le brindó la paz suficiente como para tolerar el viaje de regreso, a pesar de las turbulencias. No se sentía del todo tranquila, por supuesto, pero era una notable mejoría.

El recuerdo de los besos de Charlotte bastó para ponerla en un estado de sopor, y jugó con la fantasía de lo que hubiese ocurrido si las dos hubiesen cedido a sus impulsos eróticos sobre esa cama. Seguramente la noche se hubiese encendido con el fuego de su pasión y los gemidos, así como la ropa, se habrían ido volado por toda la recámara.

En algún punto del vuelo, cuando las luces se atenuaron, Charlotte despertó y miró a Leticia, que estaba dormida ahora. La morenita sonrió y se le quedó mirando durante un rato, pensando en si estaba haciendo bien en elegir enamorarse otra vez. Sin duda, su última relación la había dejado marcada, y durante los primeros meses, Charlotte no había querido saber nada sobre el amor.

Pero se había esforzado. Incluso dentro de su rencor y las heridas, entendía que no podía pasar el resto de su vida sin amar a alguien, y había decidido hacerles caso a sus sentimientos la próxima vez que estos se le presentaran, y al ver a Leticia aquella tarde, después de volver de viaje, Charlotte experimentó lo que muchos soñadores llaman "amor a primera vista".

Se había tirado al ruedo sin saber qué esperar, y aunque el inicio había sido algo duro y decepcionante, (sobre todo porque Leticia no compartía su pasión por los viajes), hasta cierto punto, era agradable disfrutar de la compañía de una mujer que amase tanto su trabajo, la ciencia, y que ya tenía un plan de vida.

En otro punto del viaje, cuando las dos estuvieron despiertas al mismo tiempo, ambas se entregaron a una sesión de coquetos besos en la boca. Estaban sentadas en la parte trasera del avión, y como no había nadie más en la fila de sus asientos, pudieron darse un poco de privacidad. Claro que era moralmente incorrecto meterse mano, pero ¿quién se hubiera resistido?

—No fue un viaje en vano —dijo Leticia, en un momento cuando las dos se separaron. Habló susurrado para que nadie más escuchara.

—¿Por qué? —Preguntó Charlotte, que le acariciaba las piernas por debajo del vestido, como tentándola. La pequeña tenía unas manos traviesas.

—Bueno... dejando de lado lo de los besotes que nos dimos en la cama y los de ahora, hizo que me diera cuenta de que tengo que vencer mis miedos.

—¿Cómo el miedo a volar?

—Ajá. Eso mismo —hizo una pausa, como si pensara en sus siguientes palabras, y luego añadió—. Eres valiente, niña. Me gusta eso de ti.

—¿Qué crees que pase con nosotras? —Preguntó Charlotte con interés genuino—, porque yo, la verdad, la verdad, la verdad, estoy buscando una relación bonita y duradera.

—Ah, mira —sonrió Leticia—. Qué sincera me saliste.

—Pues así soy. Mi última relación falló porque ni mi pareja ni yo supimos decir las cosas que nos pasaban por la cabeza. No somos novias ni nada, eso lo sé; y lo único que te pido, es sinceridad. ¿Qué buscas tú?

Leticia la miró a los ojos, y luego a los labios, y después a los ojos y se acercó para besarla.

—También busco algo serio.