Destinos Cruzados [Amor Lésbico ] [Novela Terminada ]

Parte 31

Les dejo el siguiente capítulo :3 

Capítulo 31

En cuanto Leticia abrió la puerta, Charlotte quiso lanzarse sobre ella para cubrirla con sus besos. La única razón por la que no lo hizo, fue porque aquello habría sido demasiado y tal vez un poco exagerado. En vez de eso, sonrió dulcemente y abrió los brazos para indicarle que se acercara. Leticia así lo hizo, y se dejó envolver por el amor que la otra chica desparramaba por ella.

—Me gustaron esas fotos —dijo Leti.

—No vine a hablar sobre eso.

—¿Es acerca de Liz?

—Ajá. ¿Podemos conversar?

—Claro. Pasa.

Charlotte saludó a la mamá de Leticia y siguió a esta hasta la habitación. Se encerraron con llave y se recostaron en la cama, muy juntas de manera que pudieran mirarse cariñosamente a los ojos mientras hablaban.

—Primero debes saber que no hay nada entre Liz y yo, y jamás lo hubo. De hecho, acabo de llamarle para decirle que me dejé en paz y también a ti. ¿Por qué no me dijiste que habías hablado con ella?

—Pues... —Leticia tomó aire y se aclaró la garganta—. No quería que supieras que contesté tu teléfono.

—Por algo te mostré mi patrón de desbloqueo. No tengo nada qué esconderte, salvo un montón de fotos porno que me tomo cuando estoy aburrida.

Leticia rio.

—Las necesito para cuando me sienta sola.

—Mientras esté aquí, no te van a hacer falta, amor.

Sonrieron y se entregaron a los besos durante unos segundos antes de seguir hablando. A Leticia le encantaban estos momentos. Tener a Charlotte entre sus brazos, cobijándola como si fuera una niña indefensa (cuando la verdad era muy valiente) le llenaba el corazón de un intenso sentimiento.

—Es sólo que... a veces pienso que Liz sería mejor pareja para ti. Son compatibles en muchos sentidos.

—¿Lo dices sólo porque a las dos nos gusta viajar? Vamos, Leti. Eso no tiene nada que ver. Una relación puede funcionar incluso entre personas que no comparten los mismos intereses. Siempre y cuando ambas apoyemos y respetemos las pasiones e intereses de la otra, podemos ser felices. A mí me gusta tu trabajo como química. Lo que pasa es que no te animas a contarme sobre eso.

—Es aburrido. Básicamente sólo estoy en un laboratorio haciendo mediciones y cosas como esas. Me la pasaba rellenando formularios, haciendo pruebas y análisis sobre la eficacia de los medicamentos, les daba mantenimientos a algunos equipos y sintetizaba compuestos. No es gran cosa.

—Y aun así, ¿cuántas conversaciones pudimos haber tenido si te hubieras animado a contarme sobre eso? —Charlotte volvió a sonreír.

—¿Incluso si no fuera interesante?

—Hablar en pareja es muy importante en cualquier relación. ¿Por qué piensas que eres aburrida?

—Es que... era una empleada más, sin rostro ni importancia. Era remplazable, un número más. Nadie reconocía mi trabajo y mis esfuerzos no eran valorados. Algunos de mis colegas tenían carreras más prestigiosas y habían hecho mejores cosas con su vida que simplemente llenar formularios. Me encantaba la química cuando estaba en la escuela, pero... en algún punto le perdí la pasión —hizo una pausa y miró a Charlotte con lagrimitas en los ojos—. Estaba estresada y no quería aburrirte hablando de mi trabajo. Lo que tú haces es un millón de veces más emocionante que lo que yo hago.