9

903 98 27
                                    

¡ Recta final !

-(;>_<;)-

Luego de una hora y 15 minutos, permitieron a Kyromi ingresar al la habitación de Jungwon, para poder verlo.

Jay esperó pacientemente, la mujer le había dicho que luego de ella, podría entrar él.

No sabía lo que le iba a decir, estaba ansioso. Si bien, tenía muchas cosas por decirle al menor, sabía, según lo que le habían dicho, que estaba dormido, así que no podría decirle nada.. a menos que no quiera que lo escuche.

El tiempo se le hizo eterno, su pierna no paraba moverse, su cabeza no paraba de reproducir la carta de Jungwon. Se sentía tan mal, pero una parte de él se sentía avergonzada. Era un idiota, Jungwon había estado al borde de la muerte y él se sentía avergonzado por gustarle. Era un mal amigo, Jay no podía evitar sentirse culpable.

•••

Luego de unas 20 minutos, Kyromi salió.

- ¿Está segura de que puedo entrar yo?

La mujer acarició el hombro del menor.

- Claro que sí. Los doctores y enfermeros entienden que eres como un familiar cercano, así como yo.

Dijo con una sonrisa dulce y a la vez apagada.

Jay asintió con la cabeza y entró.

•••

- Jungwon.. bonito, no te vayas de mi lado. No seas cruel. Perdón por ser tan egoísta, pero por favor, no me dejes.

El pelinegro acarició el pelo del menor, como lo solía hacer antes.

>> Si tan solo me hubieras dicho antes lo que sentías.. yo también fui cobarde, perdóname.

Terminó por decir el mayor y bajó su vista, desde los ojos del pelirrojo, hasta sus brazos.

>> ¿Qué te hiciste?..

Volvían a caer lagrimas por su rostro. Estaba agotado de llorar, no solucionaría nada, ni siquiera lo ayudaba a sentirse mejor.
Antes sentía un alivio al llorar, sentía su pecho más liviano y se sentía más tranquilo.. ahora sentía que con cada lagrima derramada, la angustia en su pecho y el dolor de cabeza aumentaban.

Estuvo toda una hora ahí, observando el rostro y labios secos del menor.
Poco a poco, en esa hora, Jay se fue quedando dormido. Al entrar Kyromi junto a un doctor, a ver a Jungwon, se dieron cuenta del joven pelinegro, que dormía con su rostro apoyado en el colchón de la camilla y posaba una mano en la mano del pelirrojo.

La mujer lo despertó con cuidado.

- Oh.. perdón, yo..

Intentó explicarse el menor, pero la mujer sonrió, haciendolo callar.

- ¿Por qué no mejor vas a casa? Así le puedes escribir una carta, en respuesta, a la que te hizo Jungwon hace unas horas.

Jay lo dudó, quería estar presente, para cuando el pelirrojo despertara, pero de todas formas aceptó.
Fue a casa y tomó una libreta y un lápiz, se sentó en su escritorio y empezó a escribir.

Fue a casa y tomó una libreta y un lápiz, se sentó en su escritorio y empezó a escribir

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Magnolia  /  Jaywon  𒀭࣪  ⋆ 🍓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora