𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟐

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𝟑/𝟑

La tensión en la habitación era palpable mientras Sana y TzuYu se enfrentaban con miradas desafiantes

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La tensión en la habitación era palpable mientras Sana y TzuYu se enfrentaban con miradas desafiantes. JiHyo, aún adormecida, comenzaba a despertar lentamente, ajena al conflicto que se estaba gestando a su alrededor.

Sana apretó los puños con fuerza, conteniendo la ira que comenzaba a brotar en su interior. No permitiría que TzuYu hablara de esa manera ella. Aunque su corazón se aceleraba y la inseguridad se apoderaba de ella debido a que antes, JiHyo la había reemplazado con facilidad con TzuYu una vez, se mantuvo firme.

— TzuYu, no tienes derecho a hablar así de JiHyo, ni de mí. No eres quién para juzgar ni para intervenir en nuestras vidas — replicó Sana, su voz cargada de determinación.

La taiwanesa soltó una risa burlona, despreciando las palabras de la rubia. — Por favor, no me hagas reír. JiHyo solo está contigo porque está recayendo en su adicción al sexo. Ella no lo acepta porque la manipulaste, solamente quieres su riqueza y estatus. Pero no te preocupes, esa farsa terminará pronto. Ella debe estar con los de su clase, y nada de lo que hagas cambiará eso. —

La rabia estalló en Sana, su mirada se volvió intensa y desafiante. — No permitiré levantes ese tipo de mentiras, diferencia de ti, yo amo y respeto a JiHyo. Y si crees que voy a quedarme de brazos cruzados mientras tratas de arrebatarla de mi lado, estás muy equivocada. Tu siempre serás la segunda opción. —

TzuYu se acercó amenazante hacia Sana, quedando cara a cara con ella. — No te atrevas a amenazarme, Sana. Tú no tienes poder sobre mí ni sobre mi familia. ¿Acaso ella no te dijo?, ¿acaso no tú amada JiHyo no te dijo que será mi esposa? — Una sonrisa de satisfacción apareció en la castaña al ver el rostro sorprendido y herido de la rubia.

— Eso no es verdad, estas mintiendo— respondió Sana, con lágrimas amenazando con salir de sus ojos.

La idea de que JiHyo le había ocultado algo como esto la comía viva, ¿Sólo era un juego para la coreana? ¿Acaso todo lo que habían vivido no importaba? ¿Era mentira cuando le dijo que estaba enamorada de ella?

TzuYu no parecía tener compasión ante las lágrimas de nipona. — Oh, pero es verdad. JiHyo y yo hemos hablado mucho últimamente, y hemos llegado a un acuerdo. Ella se dará cuenta de que estar conmigo es lo mejor para ella y su futuro. Y tú, Sana, solo eres un obstáculo que hay que superar. —

La habitación se llenó de un silencio pesado, solo interrumpido por la respiración agitada de Sana.

JiHyo, quien había estado escuchando en silencio la discusión, sintió como su mundo se desmoronaba a su alrededor. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, incapaz de soportar el peso de las acusaciones.

La confusión se apoderó de Sana, notó que la coreana estaba despierta y se acercó, mientras la miraba en busca de respuestas.

— JiHyo, ¿es cierto? — preguntó la rubia con voz temblorosa, luchando por contener el llanto. La confianza que habían construido parecía resquebrajarse en ese momento.

— Sana, escúchame. Te amo con cada fibra de mi ser, y nunca te haría daño de esta manera, eres demasiado importante para mi... — JiHyo intento tomar la mano de la nipona.

Sana miró a los ojos a la coreana, buscando respuestas en su mirada. Pero la semilla de la duda ya había sido sembrada en su mente, el dolor y la incertidumbre se apoderaron de su corazón. Se apartó de JiHyo, retrocediendo lentamente.

— No sé qué creer ahora, JiHyo. No sé en quién confiar. — Las palabras de Sana se ahogaron en su voz quebrada por la angustia. El mundo que había construido junto a JiHyo se desvanecía frente a sus ojos.

TzuYu, observando la devastación que había sembrado, sonrió satisfecha. Había logrado sembrar la duda en la mente de la rubia y separarla de JiHyo.

— JiHyo, cariño, escucha. No puedo permitir que te engañen de nuevo. Tú y yo estamos destinadas a estar juntas. — TzuYu se acercó a JiHyo, y beso sus labios.

La coreana no correspondió, sus ojos se llenaron de lágrimas, su mano dolía y aún seguía algo ida por la anestesia. No podía apartar a TzuYu, no tenia la fuerza para hacerlo, y se estaba odiando por ello.

Por otro lado Sana se desmoronó en un instante. Las lágrimas que había estado conteniendo finalmente salieron, y su corazón se partió en pedazos. No podía creer que JiHyo la hubiera dejado por TzuYu, la misma persona que la había lastimado y humillado.

— ¿Cómo pudiste hacerme esto? —sollozó, cayendo de rodillas al suelo.

Realmente creyó que JiHyo era diferente, pensó que su fresita la amaría y nunca le haría daño. Pero se equivocó, nunca debió haber salido con Park JiHyo.

TzuYu la miró con desprecio, sintiéndose triunfante. Había logrado lo que quería, arruinar a esa puta que solo se entrometía en su camino — Ya es hora de que te vayas, Sana. JiHyo y yo tenemos cosas que discutir. —

Sin decir una palabra más, Sana se levantó y salió corriendo de la habitación, sintiendo que su alma se estaba quebrando.

Todo lo que había querido había desaparecido.

Todo lo que había querido había desaparecido

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La cinamonhyo estuvo aquí otra vez sjsjjsjs

My Sweet Strawberry || SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora