𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟒

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Sana sonrió levemente al a Jihyo fruncir el ceño mientras tomaba un mordisco de ese fillet mignon que se había pedido y del que no estaba al 100% segura de que le iba gustar

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Sana sonrió levemente al a Jihyo fruncir el ceño mientras tomaba un mordisco de ese fillet mignon que se había pedido y del que no estaba al 100% segura de que le iba gustar.

Que frunciera el ceño le indicaba lo contrario.

— Wah~ — Jihyo pronunció — ¡Que rico está por dios!—

La rubia soltó una suave sonrisita — Eres adorable mi amor.—

— No lo soy, solo que sé apreciar un buen plato.— la coreana explicó y también sonrió. — Yah! ¿Porqué me miras asi?—

— Simplemente...— Sana le dió un mordisco a su espagueti boloñesa. — Me gustas.—

— Tu me gustas a mi.— la coreana se sonrojó levemente al pronunciar esas palabras en voz alta y tan directamente.

Jihyo nunca había sido tan cariñosa con la japonesa mucho menos en público.

Obviamente habían habido mimos presentes en su relación, pero solía ser en privado, nunca en público donde todo el mundo podría verlas o escucharlas.

Pero aquí no importaba, estaban en Paris, aquí nadie las entendería.

— Oye hermosa...— Jihyo habló de repente. — ¿Cuando tenías pensado volver a Corea?—

Sana la miró atentamente y dejó de comer. — ¿Ya te quieres ir de aquí?—

— No! Claro que no! Simplemente... debo volver a ir a trabajar y pues... debo saber cuando tengo que volver a la empresa, no van a hacer mi trabajo por mi...— Jihyo explicó y Sana dió otro mordisco.

— Tenía pensado en quedarnos aqui una semanita, luego ir otra semanita a Japón para estar con Sakura y enseñarte un poco por ahí.— La Japonesa explicó ya con un poco menos de ilusión al darse cuenta que Jihyo tenía prisas en volver a Corea. — Pero no debemos de hacerlo si no-...— La rubi fue interrumpida.

— Me parece perfecto mi amor, ¿no te preocupes si?— Jihyo habló animada y le tomó de la mano sobre la mesa. — Cariño, quiero quedarme mucho rato mas contigo, asi que disfrutemos de esto, ¿si?— la coreana le aseguró.

— Está bien... ¿no trabajo?— Sana preguntó curiosa.

— Si mi amor, no trabajo.— la coreana sonrió al ver como la felicidad y emoción volvía a los ojos de la japonesa.

Por fin tenían tiempo a estar juntas y debían aprovechar ese rato, porque alomejor no iba durar tanto...

Por fin tenían tiempo a estar juntas y debían aprovechar ese rato, porque alomejor no iba durar tanto

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My Sweet Strawberry || SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora