𓆩♡𓆪 || ❛ Sana, quien desde que cumplió 18 años se dedica a vender su cuerpo es fichada por Jihyo, una hija solitaria de padres ricos. Ambas tienen sus problemas pero parecen encontrar la paz estando juntas. ¿Qué pasará si hay varios factores, o pe...
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Sana miraba con tristeza la tumba de su amiga. Habían venido pocos invitados al entierro de Momo, la mayoría de las presentes siendo compañeras del club. Se lo pensó todo, dándole muchas vueltas, llegando a la conclusión final de que esto no era una vida, esto era sobrevivir y Momo era el claro ejemplo de ello. Miró a la pequeña japonesa aferrada a su cintura. Esto no era una vida adecuada para Sakura, mataron a su madre delante de sus propios ojos, la niña estaba traumatizada y estaba segura de que volver a casa, aquel sitio que realmente nunca fue más que un departamento barato en un barrio peligroso, no era una opción.
La azabache notó su mirada preocupante y le agarró la mano.
Se sentía segura con Jihyo cerca de ella, como si nada malo le podría pasar. La rubia sabía que Jihyo ya le pertenecía a otra, pero no podía evitar pensar en lo mucho que quería que fuera suya y que le protegiera a ella, no a Tzuyu.
Cuando acabó la ceremonía, Sana se dedicó a arrodillarse al lado de Sakura para tirar flores en la tumba de la japonesa.
Sakura, quien con coletitas y un lazo negro alrededor de ellas, ya no sonreía como lo solía hacer, Sana tenía claro que la felicidad de su pequeña sobrina era lo más importante de su vida.
La japonesa agarró a Sakura de la mano y la llevó lejos de la tumba para dejar que los otros, pocos visitantes pudieran despedirse de su querida amiga.
Jihyo tenía una notoria tristeza en el rostro.
A pesar de no conocer muy bien a Momo, sabía lo importante que era para Sana y Sakura, y ver triste a su familia, realmente le dejaba con un dolor punzante en el pecho.
Tiró su rosa blanca a la tumba y volteó la mirada para irse de la fila.
En cuanto lo hizo, se encontró con un rostro muy familiar, un rostro que prefería olvidar.
La castaña tiró unas flores sin ganas a la tumba y se puso al lado de Jihyo.
— ¿Qué mierdas crees que haces aquí?— Jihyo preguntó entre dientes.
— ¿No puedo acompañar a mi esposa al funeral de... ¿de quien era el funeral otravez?— Tzuyu sonrió divertida.
— Vete a la mierda Tzuyu.— la coreana la miró enojada.
— Cuánto enojo traes dentro cariño, ella no es tan santa como tu crees, no dejes que esa japonesa te coma la cabeza.— Tzuyu se cruzó de brazos y miró a Sana de reojo viendo como esta trataba de consolar a Sakura.
— ¿A qué te refieres con eso?— Jihyo preguntó molesta.
— Ay Jihyo, tu inocencia es adorable pero a veces realmente pareces estúpida, no ves que esto no ha pasado por casualidad?—
— No hagas más de lo que es, han matado a Momo en un tiroteo, ¿como te atreves a insinuar que fue a propósito?— Jihyo realmente tenía ganas de golpear a la taiwanesa.
Esta suspiró y volvió a mirarla.
— Probablemente no me vayas a creer pero, mi hermano Jackson se acostó varias veces con Momo cuando venía de visita a Corea. También compraba droga de ella y dudo mucho de que tu querida noviecita no sea consumidora también, al final convivía con ella.— Tzuyu alza una ceja.
— Tzuyu, ¿qué haces aquí?— Sana la miró molesta.
— Vengo a dar mis pésames.— la taiwanesa fingió tristeza y se arrodilló. — ¿Tú como estás pequeña?—
— ¡Aléjate de ella!— Sana jaló a Sakura, escondiéndola detrás suya. — No eres bienvenida aquí, así que te pido que te retires.—
— Está bien amiga, como deseas...— La castaña sonrió divertida. — Revisa a tu noviecita amor, no te fíes de su dulce sonrisa.— la taiwanesa se dió media vuelta y salió del cementerio.
¿Sana nunca estaría involucrada en una situación como esa... no?
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La castaña de cabello largo y ondulado andaba con su bolso por las calles de Seoul buscando una de las grandes y blancas casas que había visto en Google Maps.
Suspiraba al sentir que sus piernas dolían de tanto andar. ¿Cuánto quedaba?
Entonces vió un coche estacionarse justo afuera del portal.
Del Mercedes Benz blanco salieron dos chicas y una niña con coletitas.
Las observó desde una distancia y vió a dos de ellas entrar mientras una de las chicas se quedó con el auto.
Se alejó lentamente y observó a la chica.
Tenía el cabello rubio, ropa negra como si acabara de venir de un funeral y estaba fumando un cigarro mientras se apoyaba contra el auto.
Sus mejillas estaban mojadas de lágrimas, su nariz roja de llorar y su mirada fijada en el suelo.
— ¿Perdona?— se acercó la castaña.
— ¿Si?— La japonesa le dió una rápida mirada a la persona presente y volvió a mirar al suelo.
— ¿Estás bien?— la castaña le preguntó preocupada.
— Si, no te preocupes.— La rubia rió un poquito tratando de convencer a la joven.
— Sana... ¿estás bien?— volvió a repetir y fue entonces cuando pilló la mirada de la rubia y pudo saber de quien se trataba.
—¿Mina?—
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Perdon por la tardanza, últimamente estoy cansadísima y muy ocupada con el trabajo y otras cosas y casi no tengo tiempo para actualizar.
Espero que sigan disfrutando el fic y que sepan que cinamonhyo y yo estamos preparando una colaboración SAHYO llamado "Crazy Stupid Love". Pueden leerlo en nuestra cuenta colaborativaBeaElly <333
