𝐂𝐀𝐏Í𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟐𝟑

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La suave brisa francesa hizo a Sana abrir los ojos, se destapó su manta blanca de tela suave y sonrió al ver a la coreana plácidamente dormida a su lado en el mismo estado como ella

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La suave brisa francesa hizo a Sana abrir los ojos, se destapó su manta blanca de tela suave y sonrió al ver a la coreana plácidamente dormida a su lado en el mismo estado como ella.

Como dios las trajo al mundo.

La rubia miró atenta a la coreana, observó con atención cómo su pecho desnudo subía y bajaba, sus cabellos desordenados sobre su cojín, su adorable carita relajada, simplemente todo de la coreana le fascinaba a Sana.

Jihyo se giró suavemente en la cama y seguía soñando como lo había esta haciendo el resto de la noche.

La rubia le dió un último vistazo a su pareja y sonreía felizmente.

Por fin estaban juntas y felices, sin preocupaciones y sin miedos, simplemente juntas.

La japonesa se dedicó a dirigirse al baño en cuanto se levantó.
Al adentrarse al baño se lavó la cara y se miró un ratito en el espejo.

Realmente deseaba este momento desde hace mucho, poder estar sola con Jihyo y que no las vigilaran o tendrían a Tzuyu, los compañeros de Jihyo o unos fotógrafos encima, era muy difícil.

Sentía por fin seguridad, sentía estabilidad, por fin estaba feliz y con el amor de su vida.

Se peinó los cabellos y sonrió tristemente. Sana no pudo evitar pensar en tintarse el cabello castaño y cortárselo como Tzuyu, todo para que Jihyo le amaría a ella como amaba a la taiwanesa, o eso pensaba.

Estuvo feliz de que no lo hizo, le gustaba como le quedaba el rubio pero debía admitir que haría lo que sea para que ella le agradara más a Jihyo que lo hacía Tzuyu.

Sana se dedicó a guardar el peine en su estuche de viaje y salía del baño del departamento que habían alquilado para dirigirse a la cocina, le había entrado un poco de hambre y un rico desayuno nunca viene mal.

Pero japonesa se sorprendió al ver la bella durmiente en la cocina haciendo unos huevos revueltos con el bacon que habían ido a comprar ayer en el supermercado cerca del departamento.

La rubia decidió no avisar a su novia y acercarse en silencio para acto seguido abrazarla por detrás.

Jihyo sonrió levemente al ver de quien se trataba y cerró los ojos al escuchar la voz de la japonesa.

— Buenos dias fresita.— esta habló con dulzura y suavidad haciendo que la coreana podía disfrutar hasta de su tono de voz.

— Good morning darling~ — La coreana canturreó divertida y siguió revolviendo el huevo que estaba cocinando en el sartén.

— ¿Como dormiste mi bella durmiente?— Sana preguntó mientras su aliento se chocó con la nuca de su contraria.

— Muy bien la verdad, pero cuando te fuiste al baño se hizo fresquito en la cama así que decidí prepararnos el desayuno.— la coreana se volteó y colocó sus manos sobre los hombros de la japonesa mientras la miraba con adoración. — ¿Y tu hermosa?—

My Sweet Strawberry || SAHYODonde viven las historias. Descúbrelo ahora