Yo te queria... [Namjin]

05

Noche 6: Cálido jersey.

Había empezado a llover de una manera horrible, no traía paraguas así que le llame a mi madre para que viniera a por mi y mientras la esperaba bajo un toldo, lo vi.

Bajo la lluvia, con la cabeza agachada y jugando con las mangas de su chaqueta.

Jin estaba solo.

Su madre no había venido a por él y Taehyung ni lo espero para irse.

Que mierda de hermano.

Le estaba cogiendo asco.

Demasiado.

Vi el coche de mi madre acercarse y salí de mi escondite, ella iba a parar pero le hice unos gestó para que siguiera hacia delante.

Ella parecía no entender y solo siguió la carretera, hasta que supongo que vio a Jin mojado.

Cuando llegue donde ellos mi madre lo tenía bajo su abrigo y el temblaba del frío.

—Oh por Dios Jinie, que haces bajo la lluvia? ¡Te vas a enfermar! Ay no, gracias Namjoon por decirme que siguiera–dijo mi madre preocupada, pero a la vez aliviada– Te vienés de inmediato con nosotros, ya llamaré a tu madre y le explicaré las cosas.

Mi madre no le dejó responde cuando ya lo tenía casi dentro del coche, me acerque a quitarle la mochila y meterla en el maletero junto a la mia.

Rápidamente me acerque a él y lo ayude a subir, abriéndole la puerta.

Él seguía estando algo aturdido, pero yo le sonreí.

—Bueno, cuando lleguemos a casa quiero que se quiten la ropa y las pondré a lavar –dijo mi madre arrancando el coche y empezar a conducir, mirando nos por el retrovisor–Namjoon puedes dejarle un pijama viejo tuyo a Jin? No quiero que se enferme.

—Sin problemas.

Jin me miraba con los ojos abiertos.

—No hace falta... Yo puedo volver andando a casa, no quiero ser una molestia... De verdad, puedo

—¡No! –dijimos mi madre y yo a la vez, hasta nosotros nos sorprendimos de ello.

Jin bajo la cabeza como un cachorro regañado.

—Jinie mi amor, eres de la familia y no te dejaría por nada del mundo ir solo, te quedas en nuestra casa y punto –dijo mi madre decidida, con una sonrisa dulce–Sabes que no me gusta que me digan que no.

Negue con la cabeza mientras reía.

Era una mujer cabezona.

Él simplemente asintió rindiéndose a la insistencia de mi madre, miro por la ventana la lluvia caer y pude notar que su camisa estaba mojada, pronto empezaría a temblar de nuevo.

Me quite la chaqueta y junto a ella el jersey que llevaba abajo, hice un ruido con la boca para llamar su atención y se giro a verme confundido.

Miro el jersey y después a mi.

—Ponte lo, estaras más caliente –dijo dándole mi jersey con una sonrisa.

Sus mejillas se pusieron como tomates y timido la cogió con una sonrisa, acompañada por una tierna risita que logre escuchar.

—Gracias Namjoonie –dijo una vez se puso el jersey y me sonrió.

Era tan tierno.

Mi jersey le quedaba tan bien.

Su pelo se veía increíble aún estando mojado.

Su cara.

Su perfil.

Todo en él era hermoso.

¿Cómo no se dio cuenta antes de eso?

En verdad si fui un gran imbécil.

Jin era un diamante hermoso.

Y no lo supero valorar cuando debía.

Pero ahora si lo haré.

Te amo Jin y pienso protegerte de todo mal.

Lo prometo.