IV

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Katsuki comenzó a quitar algunas cosas de su habitación que habían perdido valor. Lo mismo sucedió con algunos pósteres que tenía pegados en su habitación. Cuando terminó de recoger toda la basura comenzó a limpiar todo. 

El lugar se sentía un poco vacío, pero seguramente después volvería a estar lleno de cosas diferentes. Observó la pared donde colocó el cuadro del niño y prestó atención en una esquina del lienzo. Tenía una firma con el nombre de “Zuzu” 

No le convenció mucho el nombre artístico. Si él tuviera una firma sería un nombre más llamativo. Sonrió con superioridad ante la idea de tener algún nombre artístico. Solo le falta hacer algún tipo de arte. Nada más.

Katsuki había terminado con demasiado calor por estar limpiando el sitio. Odiaba sudar, en especial de las manos. No le gustaba sentir la sensación pegajosa del sudor. Cuando se quitó la camisa trató de observar su cuello en el espejo que tenía en su habitación y volvió a dirigir su mirada al cuadro. Se tocó una parte de su cuello y se sintió lleno porque alguien lo había imaginado de esa forma. 

Le gustaba tener momentos en donde sentía su autoestima completa. 

Comenzó a acariciar con su mano su abdomen y sintió un escalofrío. Estaba en un dilema porque no sabía si lo correcto era bajar o subir un poco de peso. Se preguntó si esa persona le gustaría tocar también alguno de esos rincones.

Katsuki tuvo miedo cuando se dio cuenta de lo que estaba pensando y como lo estaba interpretando. Cubrió su boca con una mano y trato de cambiar sus pensamientos, no tenía razones de estar creando unas intenciones incorrectas.

Pero iba a aprovechar el momento para tomarse una foto enfrente de su espejo. Estaba encontrando la mejor posición, cuando Masaru abrió la puerta sin avisar, y lo que encontró no volvió a ser de su agrado. 

-¡Ka-Katsuki! ¿Estás tomándote fotos encuerado? Comenzó el frío, deberías… -el mayor estaba enrabietado por dentro si su cachorro no le daba una buena explicación.

Los dos terminarían juntos en una ultratumba. Quería mostrar sus colmillos, pero en vez de eso se revolvió el cabello desesperado. 

-¡Es miércoles papá, toca la maldita puerta o me tendré que encerrar en el baño! -Katsuki entornó los ojos y mostró un poco sus colmillos, no eran ofensivos porque eran muy chiquitos.

-No muestres tus colmillos, Katsuki. ¡Conmigo no lo hagas! -se ofendió ante la intención con la que lo hizo. 

-¡Adelante, sigue invadiendo mi privacidad! -exclamó enojado -¿No conoces cómo se toca una maldita puerta? ¿Quieres que te enseñe?

Masaru entendía por qué el menor estaba saliendo muy temprano. Tal vez las excusas de que su cachorro iba a pagar el cuadro solo eran mentiras para tener un mal romance por ahí. No quería imaginar a su cachorro atrapado en un mal romance.

-No me estás diciendo la verdad, me estás ocultando algo -alegó, quería que su hijo fuera sincero con él -En realidad la persona que te dio el cuadro no es un omega, es un alfa.

-¿Te estás volviendo loco? Cuando se…

-El cuadro tenía un aroma muy fuerte para ser un omega -explicó -Sin embargo, estoy respetando que tienes miedo de contarme la verdad. Pero…

-¿Qué aroma fue el que encontraste? -el cachorro tenía una mirada confundida.

Sabía que el alfa tenía mejor olfato para separar los aromas que estuvieran mezclados en una persona o algún objeto. Katsuki solo podía enfocarse en el que más le gustaba, que era el limón muy ácido.

-Pinos con manzana y limón -respondió.

-¿Es posible que un omega tenga tres aromas papá?

Masaru entendió la pregunta, su cachorro no le estaba mintiendo. Puede ser que él esté confundiendo las cosas. Se acercó a Katsuki y le dio un fuerte abrazo tratando de levantar a su cachorro del suelo. Y ocultó su cabeza en el cuello de Bakuu. No le molestaba que su cachorro estuviera pegajoso. 

Migraine [DkBk] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora