CAPITULO 16

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CONFUSIONES

EMMA

Volver como lo éramos antes es muy buen comienzo. Palomitas, refresco, y una muy buena película.

Mi cabeza en su pecho era mi lugar favorito, nuestras manos unidas daban aquella fuerza que amaba tanto, y sus besos eran lo mejor de todo.

La lesión de Gavi iba bien, hace unos días lo operaron y yo como buena amiga lo estaba cuidando y creo que esa también era una muy buena excusa para distraerme.

Mi teléfono suena y me aparto de Pablo para contestar el teléfono, llevándome una mirada suya conmigo.

El número no estaba en mis contactos, por lo cual ignoro y vuelvo a dejarlo en la mesita de noche.

Por lo que opto por volver a mi sitió, solo que esta vez no pongo mi vista en la película, si no que le doy la espalda a Gavi, viendo que el sueño se quiere apoderar de mi.

Noto que mu compañero se remueve y que la televisión deja de sonar.

Pablo se pega más a mi causando que mi espalda quede pegada a su pecho y que nuestras piernas se entrelacen entre sí.

No tardo en notar sus manos buscando las mías y un camino de besos por mi cuello, causando una leve sensación caliente que recorre mi sistema.

-¿Quién te llamaba?- pregunta contra mi piel.

Las palabras no logran salir por mi boca debido a la sensación que está causando el loco de mi mejor amigo en mi.

-No tenía el número registrado- logró decir en un hilo de voz.

Las sensaciones que fluyen en mi con el no son normales, cada vez me regala una nueva sensación que no había experimentado en mis relaciones pasadas y eso me hace sentir tan confusa por lo desconocido, pero a la vez tan bien porque me regala una sensación que me regala confort y alegría.

No recibo una respuesta verbal por su parte, si no que me regala una sensación magnifica con las maravillas que está haciendo su boca en mi cuello, bajando por este y volviendo a subir, con su mano libre en mi abdomen repitiendo el mismo movimiento de su boca, volviéndome loca que me hace sentir como una adolescente con las hormonas locas.

Siento que una de sus manos suelta una de las mías y que se escabulle por mis piernas llegando a mis muslos, haciendome temblar y esperando el momento en el que su mano se escabulla a tal punto que tanto deseo para poder caer ante el deseo y esa sensacion que sinceramente a veces deseo de el.

Amaba su toque y deseba que llegara el momento en el que el rompiera aquella tension sexual que el habia creado en la habitacion, solo deseaba ceder ante la tension y olvidarme de todo lo que estaba pasando a nuestro alrededor, no niego que anhelo su cuerpo y que habia muchas veces en la que nos veiamos en aquellas situaciones, ¿quien no deseaba tener a tremendo hombre?. Pero todo esto cambia cuando hace una pregunta que rompe la burbuja creada por mi.

-¿Cuando hablaremos de los dos?- susurra en mi oreja.

Deseo voltearme y verlo a los ojos para saber a lo que se refiere pero no me lo permito, porque siendo sincera no tengo idea de como responder a su pregunta.

Todos los sentimientos creados  y puestos a flor de piel disminuyen  ante el silencio en el cual los dos quedamos, por lo que no tengo de otra que matarme la cabeza para buscar una respuesta ante su pregunta, a aquella que me dejo congelada y que tal vez no pueda ser digna de contestarla.

-Eso está más que claro, ¿Porque preguntas? - respondo rápidamente con la voz temblorosa.

Claro que eso está más que claro, él y yo solo somos amigos que buscamos consuelo, que rompimos con nuestras parejas y que tenemos la necesidad de buscar amor por alguien o al menos tener la sensación de volvernos a sentir amados.

Primera Vez| Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora