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Después de estar toda el día en la cama Aemond y Aegon decidieron alistarse para la cena familiar que el rey había pedido

Aemond se colocó su traje de cuero con su parche el cual hizo que Aegon hiciera un puchero al verlo en la cara del Omega pero Aemond lo ignoro completamente

Aegon por otro lado había optado por un traje negro con toques rojos en señal de los colores de la casa Targaryen, a pesar de que durante la mayor parte de su vida había vestido verde por su madre, sí queria ser tomado en serio como heredero debe mostrar que es un verdadero Targaryen y es digno de sentarse en el trono de hierro

Antes de que los dos salieran de sus aposentos Aegon se acerco a su esposo y le guio hacia la cama, se arrodilló y saco de debajo de esta una caja, el Omega alzó un ceja interrogativo

—Es un pequeño regalo— Aegon le dio la sonrisa as inocente que pudo

—¿Regalo?— Aemond ahora se veía confundido

—Si, se que no solemos regalarnos cosas pero cuando vi esto pensé que se te vería bien—

—¿Y donde lo viste querido esposo?— Aegon sabía que su esposo estaba preguntando si había salido de la fortaleza roja, lo cual fue un gran problema cuando estaban recién casados para Aegon fue una sorpresa que Aemond se enojara tanto por salir del castillo, al principio pensó que era porque tenía celos de que él pudiera salir y Aemond no pero una vez que tuvieron un pelea demasiado fuerte el Omega le confesó que la razón por la cual le molestaba era porque lo hacía sentir inseguro, todos sabían sobre la reputación del príncipe mayor de ir a la calle de seda y después de que se casara con su hermano todos susurraron sobre lo difícil que sería para el Alfa estar con un Omega desfigurado, cuando Aegon se enteró de esto le juro a su esposo que el jamás volvió a visitar la calle seda desde que se comprometieron y era la verdad el no volvió porque sabía que eso deshonraría a su hermano, también se enfureció por todos esos comentarios y cuando Otto lo invito a formar parte de la reuniones del consejo para que aprendiera sobre la cuidad y como funcionaba aprovecho la oportunidad para dejar muy en claro que cualquier insulto sobre su Omega no sería tolerado, eso también lo ayudo a ganarse el respeto de algunos señores

—Eso no tienen importancia, pero te juro por Sunfyre que la única persona que tengo en mi mente es a ti, mi precioso Omega—Aegon se levantó y beso los labios de su esposo

—Esta bien— Aemond tenía un pequeño sonrojó en las mejillas— que hay en la caja—

Aegon en ves de responder abrió la caja y saco un hermoso collar, en el se podían apreciar unos Rubís, los cuales se extendía por todo el collar y en el centro estaba el más grande

Aemond tomo el collar en sus manos y acarició el rubí del centro, era sin duda hermoso, hasta que se dio cuenta de algo que lo hizo perder el aliento

—¿Dónde conseguiste acero valyrio?— Aemond no podía apartar la mirada del collar

—Un mago jamás revela sus secretos mi amor— Aegon tenía una sonrisa traviesa

—Aeg— Aemond trato de volver a preguntar pero fue interrumpido

—¿Te gusto?— ahora Aegon se veía como un cachorrito ante los ojos de Aemond el cual no pudo evitar una sonrisa al ver el nerviosismo de su esposo

—Si, me gusta— Aegon solo suspiro con alivio y rápidamente tomo el collar para poder colocarlo en el cuello del otro, cuando estuvo en su lugar Aegon no pudo evitar dejar un beso en el cuello de Aemond y sintió satisfacción al ver cómo el otro se estremeció por su toque

—Si es posible te vez aún más hermoso de lo habitual Omega— Aegon rodeo a su esposo por la espalda en un abrazo

Aemond los hizo moverse hasta estar frente a un espejo para poder admirar el collar, cuando lo vio Aemond no podía creer como se veía a pesar del parche el ojo hasta el admitía que se veía hermoso

—Gracias alfa— Aemond coloco las manos encima de las de su esposo y lentamente lo guio hacía su pancita la cual estaba escondida debajo de un abrigo

—Pronto estará con nosotros— susurró Aemond más para el pero aún así Aegon lo escucho

—Si y si se parece a ti será el ser más hermoso que existe, después de ti obviamente— Aegon dejo suaves caricias en la panza de su esposo

Los dos salieron de sus aposentos en dirección al salón donde se realizaría la cena con toda la familia

Cuando llegaron se dieron cuenta que eran los primeros, rápidamente tomaron asiento en un extremo de la mesa Aemond en la cabecera y Aegon en su lado derecho

La puertas de abrieron otra vez para poder ver a la reina Alicent y a la mano del rey Otto, Alicent saludo con entusiasmo a sus hijos y le dio un suave caricia al vientre de su hijo, Otto solo les dedico un asentamiento antes de tomar el lugar a la izquierda de Aemond

—Espero un comportamiento adecuado en esta reunión— hablo Otto después de acomodarse en su asiento

Tanto Aemond como Aegon lo miraron sin parpadear, los dos se sintieron ligeramente decepcionados al ver que Otto no moría por sus miradas, después de un rato Aemond decidió contestar

—No iniciaremos nada pero eso no significa que dejaremos que se burlen se nosotros—

—Aemond— Otto empezó a regañar al Omega pero fue interrumpido por Aegon

—Mi esposo tiene razón, no dejaremos que esos bastardos se burlen de nosotros en nuestra propia casa solo porque Rhaenyra es la favorita del rey, así que o te conformas con eso o no esperes nada de nosotros— la voz de Aegon no dejaba lugar a réplica, el siempre estaría con su esposo sin importar que, Otto no estaba feliz pero sabiamente decidió dejar a los dos príncipes tranquilos, el sabía que no conseguirá nada mejor de ellos en esta situación

Alicent observo el desarrollo y no pudo evitar una sonrisa al ver a su hijo mayor defender a su esposo-hermano sin duda los dos hacían una pareja formidable que sería admirada cuando llegaran a ser reyes

Las puertas fueron abiertas otra vez para dejar ver al rey caminando con su bastón, al entrar escaneó toda la habitación y su expresión cambio cuando no vio a su hija mayor, rápidamente tomo asiento en la mitad de la mesa y vio al resto de su familia sin duda era incómodo el nunca le prestó mucha atención al resto de sus hijos pero ahora debía convivir con ellos mientras llegaba Rhaenyra

—Aemond hijo mío ¿cómo va el embarazo?— Viserys trato de demostrar la genuina alegría por la situación pero por la cara en blanco de su hijo no lo hizo muy bien o el Omega simplemente no le creyó

—Va muy bien excelencia, solo falta un mes para que mi hijo este con nosotros— Aemond jamás se refirió a Viserys como padre porque no lo era

—Eso es excelente, espero que el bebé sea sano y fuerte—

—Gracias por sus deseos su excelencia sin duda son apreciados— Aegon no pudo evitar que un poco de sarcasmo se filtrara en las últimas palabras pero por la expresión del rey este simplemente no lo captó o lo ignoro, quien no lo ignoro fue su madre la cual le dio una mirada de advertencia

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