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Viserys con ayuda de la guardia real pudo llegar a los aposentos de sus hijos, cuando se acerco pudo ver la puerta cerrada y a su esposa Alicent recargada en una pared orando, Otto estaba recostado en la pared con una expresión en blanco y por último su hijo Aegon estaba paseando de un lado al otro como un dragón enjaulado

Viserys iba a hablar pero cuando abrió la boca se escuchó un grito, un grito desgarrador lleno de dolor y sufrimiento, provenía de la habitación del otro lado de la puerta y Viserys solo pudo temblar al escuchar ese sonido

El rey pudo ver cómo su hijo soltó un gruñido al escuchar el grito de su pareja, lo que lo sorprendió fue ver las lágrimas corriendo por sus mejillas cuando sus miradas se conectaron

—Su excelencia— la voz de Aegon era fría y baja, Viserys tuvo que reprimir un temblor al escucharlo— espero que sepa que por ley y tradición de nuestra familia si algo le sucede a mi esposo o a mi hijo tendré la cabeza de Jacaerys Velaryon en una estaca antes del amanecer y ni usted, ni Daemon, ni siquiera los dioses me detendrán—

Viserys tardó un poco en responder, trato que su voz fuera firme y dura pero salió mas como un susurro— Aegon entiendo que tú situaci— fue interrumpido por otro gruñido esta vez más salvaje, cuando conecto la mirada con su hijo pudo ver a este acercándose rápidamente a él pero fue detenido por la guardia la cual rodeo al rey al ver al príncipe en ese estado, eso no le impidió a Aegon acercarse lo suficientemente como para ver al rey a la cara

—¿Mi situación?— la voz de Aegon ahora era una mezcla de ira con incredulidad— Tu preciado nieto golpeó a mi esposo embarazado sin ninguna razón, no fuiste tú el que dijo que debíamos ser más unidos y dejar lo rencores atrás y cuando Aemond intento ser bueno con los hijos de Rhaenyra ¿que recibió a cambio?— Viserys no pudo responder lo cual solo alimento la ira de Aegon— recibió un golpe que le puede costar la vida de nuestro hijo, nuestro primogénito, un un príncipe Targaryen, tu nieto su excelencia si es que lo recuerda—

Viserys no pudo evitar la ola de remordimiento al escuchar las últimas palabras de su hijo, era cierto, su nieto estaba en peligro, el nunca fue un buen padre y vaya que se arrepiente de no haberse esforzado más con los hijos de Alicent y ahora estaba cometiendo el mismo error con su nieto, el era consciente de que ya era tarde para reparar la relación con sus hijos pero tal vez pueda dejarle un lindo recuerdo a su nieto antes de partir con los dioses

—Muy bien, está en tu derecho querer justicia por tu hijo y Omega…. Solo te pido que pienses en que al fin de cuentas Jacaerys es tu sobrino— Viserys al ver la mandíbula de hijo apretarse decidió retirarse no si antes escuchar otro grito que le desgarró el corazón

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Aemond no sabía cuánto tiempo había pasado, ahora solo puede sentir dolor y miedo por su hijo, el pensó que Jacaerys solo iba insultarlo un poco y ya, después de todo era un Omega embarazado, si no lo estuviera a él no le hubiera importado devolver el golpe o incluso darle uno peor pero su prioridad era su hijo, el cual ahora corre peligro por un imbécil alfa que no puedo controlarse así mismo

—Mi príncipe, el bebé ya viene— el maestre le hablo con un tono voz calmado y sereno,  como lo odiaba

—¿Ahora? Pero todavía no es tiempo— Aemond podía sentir el pánico invadiendo su cuerpo

—Su alteza el bebé debe salir ahora o morirá— al escuchar esas palabras Aemond se congelo debía salvar a su bebé, debía salvar a su hijo, así que con todo el valor que ludo reunir asintió

El maestre se movió por la habitación organizando todo con la ayuda de las sirvientas las cuales corrían por la habitación tratando de ayudar, el maestre por un momento se quedó quieto y volteo hacia el Omega que estaba recostado el cama con lo ojos cerrados

—Mi príncipe, ¿desea que llame al príncipe Aegon para que lo acompañe?— si bien no era muy común que el Alfa acompañará a su Omega durante el parto a veces la presencia del Alfa ayuda al Omega para hacer el parto más fácil de sobrellevar

Aemond negó con la cabeza rápidamente, el no quería que Aegon lo viera así, no por vergüenza si no por miedo de que está sea la última vez que pueda ver a su alfa, no quería que Aegon se quedará con la imagen de el postrado en una cama llena de sangre con su hijo muerto, no, el prefería que Aegon se quedará con esa última imagen de ellos dos riendo en estos mismos aposentos horas antes después de hacer el amor mientras Aegon le colocaba el collar y le decía lo hermoso que era

—No, yo creo que lo mejor es hacer esto solo— el maestre asintió pero cuando se iba a voltear para seguir con la preparación para el parto sintió una mano sujetando su muñeca— pero quiero que en caso de tener que elegir entre mi bebé o yo, quiero que salven a mi bebé es una orden y no quiero que le pregunten a mi esposo ¿entendido?—

—Majest— el maestre trato de hablar pero fue interrumpido

—Es una orden, esta es mi decisión y no voy a permitir que mi esposo viva atormentado por haber tomado una decisión— tono de Aemond era duro sin ningún tipo de duda

El maestre simplemente asintió y se volvió para terminar con todo lo que necesitaba, cuando todo estuvo listo el maestre se posiciono en parte baja de cama y separo las piernas del Omega para revisarlo, Aemond hizo una mueca de incomodidad pero se mantuvo callado

—Es hora mi príncipe— el maestre anuncio segundos antes de que un fuerte de dolor invadiera a Aemond el cual intento pero no pudo reprimir el grito de dolor que salió de sus labios

—Muy bien su majestad siga pujando— Aemond hizo caso y con otro grito hizo lo que se le indico, el Omega tenía el cabello desordenado y el sudor corría por su rostro el cual estaba rojo del esfuerzo

Después de lo que para Aemond fue una eternidad por fin escucho algo que hizo que su corazón latiera muy rápido

Llanto

Era el llanto de su bebé, Aemond soltó un suspiro al escucharlo, era fuerte y ensordecedor, era perfecto

—Felicidades mi príncipe, es un varón— el maestre le dio a Aemond su bebé el cual todavía estaba lleno de fluidos pero eso no impidió que el Omega le diera un beso en su cabeza, en la cual se podía ver una diminuta mancha blanca, sus ojos eran oscuros lo cual asustó mucho a Aemond pero el maestre lo tranquilizó informándole que era normal en lo bebés tener los ojos oscuros cuando nacen con el tiempo el color real aparece

Aemond estaba feliz, su bebé estaba sano y salvo, con una gran sonrisa miro al maestre para indicarle que dejara pasar a su familia pero cuando abrió la boca lo único que salió de ella fue un grito

Aemond sentía como en su parte inferior algo intentará salir, estaba aterrorizado, el maestre y la sirvientas al escucharlo rápidamente se acercaron para revisarlo, cuando el maestre se acerco otra vez a su parte baja en medio de sus piernas no pudo evitar soltar un jadeo

—Su majestad ha sido bendecido por los dioses, al parecer va tener gemelos— Aemond quería gritarle al viejo que se fuera al infierno, ya que ahora en vez de bendecido se sentía como un tortura por parte de los dioses pero rápidamente registro las palabras del maestre iba a tener otro bebé, le iba dar a su alfa dos hijos, con este último pensamiento Aemond hizo lo único que podía hacer en este situación

Pujar

Después de otra eternidad de sufrimiento y dolor par Aemond su según hijo nació al fin

—Es otro varón su majestad— el maestre coloco a su otro hijo en su otro brazo ya que su primogénito ahora descansaba en su brazo derecho, Aemond admiro a su segundo hijo, tenía la piel pálida y también tenía una mancha blanca en la cabeza sus ojos eran oscuros pero ahora no se preocupo por eso

—Traigan a Aegon— fue lo único que dijo el Omega antes de volver a admirar a sus hijos

El maestre fue a cumplir su orden pero antes de ir hacía la puerta pregunto

—¿Ya los ha nombrado majestad?—
Aemond solo le dio una sonrisa antes de contestar

—Se llamarán Gaemon Y Jaerion Targaryen—

Todos los presentes hicieron una reverencia al conocer los nombres de los pequeños príncipes
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Por fin llegaron los bebés de mis bebés

Espero que disfruten la historia

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