1. El fantasma

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Lo ha visto.

Al inicio era como una ráfaga de viento, nada que pudiera ser visto, algo fácil de ignorar, pero luego se transformó en algo similar al humo, más tarde parecía una sombra distorsionada en el aire, cada vez más difícil de fingir no verlo.

Su atención sin querer siempre se desviaba a eso que deambulaba por los pasillos de la escuela, por el patio y canchas, al inicio y como cualquier persona normal decidió ignorar aquella presencia, sin embargo aunque no lo viera podía sentir un escalofrío recorrer su cuerpo cada vez que de casualidad se topaba con esa presencia, una manera silenciosa de decir que él estaba ahí.

En un comienzo pudo pensar que eso era algo de su imaginación causa del agotamiento, pero pronto notó que no era así, no era la única persona que disimuladamente miraba a una dirección en donde no había nadie, un lugar vacío, en donde él podía ver esa sombra.

Pero después de tanto tiempo, esa sombra distorsionada sin rostro o una silueta fue teniendo una apariencia más similar a un adolescente, al inicio no notó la diferencia entre él y los demás alumnos, aun así y con un sexto sentido que desconocía notó que algo era diferente. Algo misterioso y asfixiante.

—Página 56 —la voz de la docente se escucha clara en todo el salón, los alumnos rápidamente hacen caso, él los imita.

Después de semanas de observa de la manera más sutil que pudo aquella sombra se sorprendió cuando no la vio en los pasillos, no estaba en ningún lado, pensó de manera efímera que ese espectro finalmente había obtenido el descanso. Una idea que se esfumó en el momento en que aquel sujeto pasó a su lado causando una descarga eléctrica en su cuerpo.

No apreció su rostro, solo ambos se cruzaron por unos segundos, pero fue suficiente para que entendiera que se trataba de él, nadie más miro en la dirección en que ese joven caminaba, mejor dicho nadie lo vio caminar.

—¿Quién quiere leer?

—Yo.

Desde su asiento en la última final puedo observa con claridad a través de las cristalinas ventanas del salón, ahí fue la primera vez que lo observo, una nube de humo tan sutil que apenas la notó. Nunca ha sido un persona curiosa, pero aquello llamaba la atención de cualquiera que lo viera.

—Tsukishima —la maestra llama a su apellido, él aparta la mirada de las ventanas y observa a la mujer, quien mira a su dirección y antes de permitiré hablar niega levemente— Suzuku, continúa tú.

Nunca ha sido alguien participativo en las clases, los maestros a pesar de halagar su gran intelecto y buenas notas son consientes de ese hecho, así que verlo participar por voluntad propia es algo sorprendente y, parece que los maestros no quiere incomodar por lo que esperaban a que él se ofrezca personalmente, esta bien con ese trato.

La clase de historia es larga y lenta, los datos que trabajan son más elaborados y las preguntas más complejas, como debe ser ya que él se encuentra en una clase de personas avanzadas.

Mira el libro, a leído casi todo el libro durante las últimas semanas y comprende perfectamente el tema. Así que no presta atención a las palabras de la mujer, lo considera innecesario.

Mira la ventana, ansioso de salir y caminar por los pasillos con el único afán de encontrarse con aquel fantasma, saber quien es en realidad, pero el gato murió por curiosidad y Tsukishima es todo menos un gato, por lo cual solo mirara y fingirá no haber  visto nada. Así que cuando la campana suena sale sin mirar atrás.

Camina por los pasillos hasta la máquina expendedora a la entrada del comedor, toma un zumo de naranja y decide beber mientras camina en busca del fantasma, espera no tardar mucho, odia llegar tarde a las clases, más si los maestros los regaña por su impuntualidad.

El fantasma enamorado || TsukikageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora