Siempre supo que era la muerte, pero nunca entendió el significado de esa palabra, nunca lo pensó demasiado, que una persona muriera quería decir eso, que ya no tenía vida, el cuerpo y el cerebro dejaban de funcionar y empezaba la etapa de putrefacción. Eso todos lo sabían, sin embargo cuando le enseñaron eso en la escuela no le dijeron el dilema existencial ni el dolor que dejaba cuando un persona moría. Y posiblemente nunca hubiera pensado en eso si sus vecinos no hubieran murmurando que seguramente su abuelo fallecería por su avanzada edad.
Su abuelo estaba bien, había tenido una caída que lo llevó al hospital, no era como si fuera a morir tan rápido, pero los rumores aparecieron aunque esas personas no sabían nada de lo que sucedía, mismos rumores que de algún modo lo hicieron preocuparse por su abuelo. Para la fortuna de la familia, Kazuyo salió del hospital a los días de haber ingresado, llego a su hogar con una sonrisa y todo estuvo bien después.
Tobio a veces lo miraba con demasiada atención buscando algún indicio que demostrara que estuviera mal, pero no los había, la salud de su abuelo era buena.
Pero su abuelo visitaba continuamente el hospital, citas médicas, Miwa le decía que el abuelo tenía algunas dolencias, pero seguramente eran por la edad. Sin embargo, después de unos meses su abuelo terminó siendo internado indefinidamente.
Sabía que era la muerte y que alguien muriera, pero nunca pensó en eso, no fue hasta que la salud de su abuelo fue decayendo que se percató del gran peso de la muerte, del dolor que causa aunque todavía no llega. Como los años afectan, como nadie se salva de ella, de caer en las garras de la amarga muerte. Y dolía aunque su abuelo todavía estaba vivo.
Lo internaron y nunca salió del hospital, cada visita que le hacía era como una despedida, y sin querer su mente se había mentalizado para su partida, había aceptado que su abuelo estaba cerca de morir, pero eso no quería decir que estuviera feliz con la noticia, todo lo contrario, pero lo tenía presente en su mente cada vez que hablaba con su abuelo.
La vida se escapaba y él no estaba preparado para ese momento, nadie nunca lo estaría. Ver a su abuelo en esa cama, en ese hospital, con un semblante más caído y frágil se volvió su día a día, una rutina, una agonía.
—Vivir aquí no es vivir —había escuchado a una mujer decir, ella estaba en la sala de espera, él estaba sentado a su lado y la palabras llamaron su atención.
Él no quería que su abuelo muriera, pero cada día se veía más perdido, más lejos y eso dolía. Ver como perdía su brillo y esa esencia, su aroma que nunca podrá descubrir se esfumó y el aroma del medicamento y alcohol se apoderó del cuerpo de su agotado abuelo. Le daba miedo que un día simplemente muriera. Le daba miedo la muerte y lo cruel que era.
Pero sin importar cuanto miedo tuviera la muerte no se alejo, al contrario invito a su abuelo a lo desconocido y ambos se perdieron. No necesito que alguien le dijera lo que paso, el mismo observo como su padre acompañado de su madre salían de la habitación donde su abuelo estaba, el rostro oculto detrás de sus manos y su postura débil nunca serán olvidados por Tobio. Luego el doctor viejo y regordete salió y negó con la cabeza, Raina sostuve su esposo evitando su caída ante la confirmación de lo temido. Su abuelo había muerto.
Después de ese día todo cambio, el ambiente familiar acabo, sin Kazuyo no había quien los unía.
Kageyama recuerda con nitidez como su hermana lloraba en el hombro de su madre durante ratos, un llanto lastimero y adolorido, después ella aparecía con unos ojos totalmente rojos y lo ignoraba, ocultando su tristeza, él estaba agradecido de tenerla, de que alguien pudiera llorar la pérdida del abuelo, ya que él era incapaz de llorar.
Simplemente las lágrimas nunca salieron, se quedaron en su interior y crearon un mar donde todas las noches se ahogaba.
Su padre, un hombre individualista, serio y reservado, también se derrumbó, en las noches cuando todos ya dormían el hombre se quedaba sentado en la mesa donde antes todos cenaban, con la cabeza baja y escondiendo su expresión en la oscuridad, era una lástima que Kageyama la mayoría de veces fuera invisible.
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El fantasma enamorado || Tsukikage
FanfictionKei ha estado viendo un fantasma. Desde un par de meses algo llamo su atención, era una sombra que vagaba por la escuela y causaba escalofríos en su cuerpo cada vez qué por casualidad pasaba a su lado, al inicio hizo lo que cualquier persona normal...