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El leve sonido de la brisa haciendo chocar los árboles y unas suaves caricias en su cabello lo hacían sentir relajado y tranquilo.
Pero algo no le cuadra dentro de su subconsciente, recapitulando lo que sus sentidos detectaban halló lo que buscaba.

¿Caricias en su cabello?

Pensó que lo había soñado, pero una vez despertó del todo, aún con los ojos cerrados sintió las suaves caricias en su cabello castaño.

Estas eran suaves y lentas, haciéndolo sentir anonadado. Daban un pequeños masaje en su cuero cabelludo para luego descender por lo largo de este, desenredandolo y repitiendo el mismo proceso una y otra vez sin parar.

No quería que estas pararan, se sentían tan bien que lo hacían querer volver a dormir. Si no fuera por el hecho de que estaba escuchando voces, no sabía donde estaba ni con quien, lo hubiera hecho.

Abriendo poco a poco sus ojos, sintiendolos doler un poco debido a la claridad del sol frunció el ceño llamando la atención de quienes lo rodeaban.

- Ya está despertando. - Le anunció uno al otro haciéndolo abrir por completo sus ojos debido a la curiosidad por saber la identidad de quienes en ese momento parecían cuidarlo.

Una vez los abrió en su totalidad, pudo ver al chico que conoció en la panadería

- ¿Bingchan..? - Estaba dudando si ese era el nombre correcto o si lo había pronunciado correctamente. Ya que en el momento en que se presentó estaba luchando contra sus ganas de llorar por el duro dolor.

- Changbin. - Corrigió. - ¿Quieres sentarte? - preguntó parándose sobre sus rodillas dispuesto a ayudar a Jisung a sentarse.
Sentándose de vuelta al ver cómo este negaba levemente con su cabeza mientras tenía una leve sonrisa.

- Gracias, pero estoy bien aquí. - le hizo saber un poco apenado por haber rechazado su ayuda. Pero se sentía realmente bien las caricias en su cabello.

Una vez cayó en cuenta que había alguien más, dándole masajes a su cabello se sobresaltó, haciendo también que el otro diera un brinco.

- ¡Diosa luna, lo siento! - Se disculpó con el chico que lo había defendido, levantándose de golpe de lo que anteriormente usó como almohada viendo que eran los muslos de este. - Mi cabeza debió estar pesada, ¿no te duelen las piernas? ¡Mil disculpas! - intentó levantarse para dedicarle una reverencia al chico alfa del cual no sabía su nombre si no fuera porque un fuerte dolor se instaló de golpe en su espalda haciéndolo caer sobre sus rodillas con una mueca de dolor, sobresaltando a los alfas quienes no tardaron en verlo con preocupación.

- No te preocupes por eso, ven. Recuestate de nuevo. - le jaló por los brazos suavemente para así acostarlo devuelta en sus muslos. Reanudando las caricias en el cabello de Jisung, haciendo que así su mueca de dolor se relajara un poco. - ¿Mejor? - Preguntó el alfa al omega, viéndo como este asentía levemente. - Me llamo Minho. ¿Y tú? - Indagó un poco más, haciendo que el omega abriera sus ojos viéndolo.

- Jisung...- formuló apenas audible. Había quedado maravillado con la belleza del alfa quien lo veía atentamente.

Sus ojos cafes brillosos, su cabello azabache, su nariz respingada y puntiaguda junto a sus labios color rosa y su piel lechosa. Era un alfa hermoso.

- Un gusto conocerte, Jisung. - Exclamó dedicándole una hermosa sonrisa al susodicho haciendolo delirar de tan bella imagen que veían sus ojos. La sonrisa de Minho era totalmente hermosa para Jisung.

- Minho, debemos irnos, el sol se está poniendo. - anunció Changbin mientras veía hacía el paisaje el cual se podía apreciar de una color más naranjo dejando atrás el fuerte azul.

¿Intocable?  | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora