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Nota: Capítulo dedicado a Kaykrn.
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Los rayos de sol iluminaban el cielo de San Francisco, luces tenues resplandecían por a través de las cortinas, sin embargo ni eso lograba levantarle.
Su móvil sonaba por décima vez y aun así no respondió.
El día anterior se había ido a un Bar a tomar para intentar menguar su dolor.
La soledad a la que tanto le temía era una realidad, ya no solo un temor. Lo peor es que sabía muy en el fondo que había sido su culpa, ella quizá no se hubiera ido a quien sabe qué lugar a olvidarle.
"Olvidar"
Una palabra que rondaba su mente incesantemente. Provocando que el dolor en el pecho no menguara, muy al contrario, le daba fuerza.
Coloco un brazo sobre sus ojos los cuales comenzaron a escocerle. Inevitablemente gotas saladas se deslizaban nuevamente sobre sus mejillas.
"Ella le dejo"
Se fue, sin permitir que le diese una explicación.
Pero ¿qué le explicaría?
Aquellas fotos y su ausencia durante su viaje por un mes, parecían haberle dado un mensaje equivocado...«infidelidad».
Si le hubiera dicho la verdad...si ella hubiera escuchado su muy estúpida explicación no estaría en algún lugar lejos de él, suponiendo cosas que jamás pasaron, que jamás pasarían.
Una punzada en la cabeza le hizo sentir dolor. Su jaqueca era nada a como se sentía en este momento por dentro. Destrozado y sin una parte de su ser.
La melodía de su móvil comenzó nuevamente a sonar por toda la habitación.
Fastidiado y con la paciencia en un hilo, tomo el móvil que se encontraba sobre su buro. Miró el número en la pantalla y cerró los ojos.
"Kyle"
Sabía lo insistente que era en ocasiones, así que respondió muy a su pesar.
-Diga.
-¡Park Jung Min! ¿Tendrías la amabilidad de responder en cuanto uno te llama? estoy intentando comunicarme contigo desde ayer y no me respondes, no respondiste a mi mensaje siquiera. ¿Sucede algo? ¿Liz está bien? ¿Él bebe?
-Ella se fue-articulo con un nudo en la garganta.
Un silencio abrumador se escucho del otro lado de la línea.
-Jung Min, no estés jugando con algo así. No es para nada gracioso yo...
-No es un juego, ella me dejo, me dejo y no sé si pueda soportarlo. Yo...la amo-su voz se quebrantó. Hablar de ello era tan difícil... tan irreal.
