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El avión había aterrizado con éxito. Jung salió de cabina para abrir la puerta y dejar que ella descendiera primero.
Le tomo de la cintura depositando un beso en sus labios.
- Hemos llegado a nuestro destino mi bella dama.- Articulo mirando su pronunciado escote. Sabía lo que le esperaba al llegar al hotel.
Un conjunto tentador semi transparente con unos ligueros sosteniéndose de sus bragas de encaje.
Una visión demasiado alentadora para su noche.
- Señor Park, ¿acaso usted esta devorándome con la mirada?- Cuestionó la castaña fingiéndose ofendida.
Jung Min se echó a reír ante su pregunta.
¿Acaso no era evidente?
Moría por tenerla entre sus brazos, debajo de él, gimiendo su nombre, saciarse de su cuerpo una y otra vez hasta el cansancio.
-¿Yo? Me ofende su pregunta mi bella dama. Solo estaba no sé... - Expreso deslizando su dedo índice sobre el borde de su escote.-...imaginando una y mil formas de hacerle gemir mi nombre. Espero su marido no sea celoso.
Liz sonrió ladeando la cabeza a un costado. Para al final posarla frente a su mirada deseosa rodeando su cuello.
- Si no se entera, no veo porqué tenga que estar celoso.
Jung Min le atrajo aún más a su cuerpo y respiro entrecortadamente en su cuello.
- Me parece perfecto. No me gustaría tener un duelo innecesario, cuando sé que ganaré.
La castaña rio divertida entre sus brazos. Y por supuesto que el ganaría cualquier contienda. Jung Min siempre tendría las de ganar.
- Te espero en la salida, ¿de acuerdo?- Cuestionó depositando un casto beso en sus labios.
Jung Min profundizó el beso dejándole a ambos sin aliento.
Liz se distancio unos centímetros de él con una sonrisa en los labios.
- ¿Eso es un sí?
El negó. Sin dejar de deslizar sus manos por su cintura.
- Diría que me esperaras desnuda en la recamara del hotel, pero no puedo evitar ser celoso y de solo imaginar que cualquier hombre te miré me sentiría amenazado. Así que prefiero llevarte de la mano hasta nuestro hotel, dejando en claro que tienes dueño. Y solo yo puedo mirarte con deseo.
- Celoso. - Le reprendió Liz. -Pero me encanta.- Afirmo con una sonrisa de lado.
