¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
«Nuevo comienzo»
Era una palabra que definía su nuevo inicio con Jung Min. Aun no estaba segura de querer regresar, no tenía la confianza de poder siquiera mantenerse a su lado, le costaría trabajo poder confiar en el nuevamente.
Jung Min tomo sus maletas y les coloco en el maletero del taxi. Habían acordado viajar juntos y llegar a casa.
Tenía la esperanza de que ella se retractara de su decisión al llegar a casa, le estaba matando el hecho de que ella dejara de pertenecerle, le había apostado a su amor cuando recién se conocieron, cuando ella decidió darles a ambos una oportunidad de ser felices juntos como una pareja, no podía creer que su felicidad de nuevo pendiera de un hilo pero ahora era diferente, él había cometido un error el cual había pagado con creces.
Miro a Liz y le sonrió pero no recibió la misma reacción, lo cual le dolía a pesar de ser consiente del daño que causo.
«Todo está bien, todo está bien»
Se convenció.
La esposa de Junsu se acercó a ella y le abrazo fuertemente.
- Te voy a extrañar pequeña y a mi sobrino. Cuídense ¿ok?
La menor asintió. Se separó de Kaori y miro a Alan.
Jung Min sintió un fuego abrazador en el estómago al ver como aquel hombre no era indiferente a la mirada de su mujer. Nuevamente los celos comenzaban a mermar en él. Le tomo de la mano pero ella se soltó de su agarre y se colocó frente al guardaespaldas que le sonreía con dulzura.
- Nos vemos Alan, gracias por todo.- Expresó Liz tomando una de sus manos.
Alan miro su mano colocada sobre la suya y sonrió cálidamente. Tomo su mano y deposito un casto beso sobre su dorso.
- No fue nada señorita Liz, es parte de mi trabajo y me alegra haberla cuidado mientras estuvo aquí.
Ella solo asintió. Sabía lo celoso que era Jung Min así que omitió depositar un beso en su mejilla y se alejó.
Junsu le miró sin poder creer que nuevamente la dejaría de ver. Le abrazo con fuerza y cerró los ojos sintiéndose feliz, muy en el fondo sabía que la felicidad de su pequeña hermana era junto a aquel piloto.
Abrió los ojos y deposito un beso en su mejilla.
- Mi pequeña hermana, te voy a extrañar demasiado. Pero sin duda me haré el tiempo para ir a visitarte cuando esté a punto de nacer mi sobrino ¿de acuerdo?
La menor asintió sonriente.
Lo podía ver, en sus facciones. Ella aunque pareciera fría por fuera con su esposo, lo amaba como no amo a nadie, en el fondo supo que ella se encontraría mejor con él hombre que amaba. No quería dejarle ir pero debía dejarla y que solucionara sus problemas.
