El mar que fluye al corazón del bosque

Capítulo 2

•Raíces•

        Ao'nung irrumpió en el laboratorio de Tom a toda prisa sin molestarse en llamar a la puerta. "Llamar a la puerta" era un concepto de los sawtute (personas del cielo) que todavía le costaba trabajo comprender; y en ese instante se arrepintió profundamente por no haberse esforzado más en interiorizarlo. 

        Pensó que estaba teniendo visiones provocadas por el estado alterado en el que se encontraba, pero lo que estaba ocurriendo frente a él era tan real como desconcertante.

        Norm Spellman tenía atrapado a Tom Sully contra una de las paredes del laboratorio y estaban... ¿Tratando de devorarse mutuamente?, ¿Intercambiando fluidos?, ¿Besándose? Cualquiera de las tres posibilidades encajaba. Y lo más preocupante era que ni siquiera se habían percatado de su presencia. 

        Ao'nung carraspeó con incomodidad para hacerse notar, lo que provocó que Norm y Tom finalmente se separaran. Giraron la cabeza en su dirección, ambos jadeantes y con los rostros desencajados; sus orejas estaban inclinadas hacia atrás y sus colas se agitaban de un lado a otro de manera tensa.

        —Lo siento. Claramente estoy interrumpiendo algo aquí —Ao'nung dijo un tanto cohibido—. ¿Ma Norm?  —llamó al hombre que aseguraba ser el mejor amigo de su Karyu (mentor)— ¿Podrías solo decirme lo que necesito saber? Entonces saldré de aquí, y así todos podremos fingir que no vi lo que acabo de ver.

        Al oír sus palabras, Norm relajó su postura e incluso se atrevió a sonreír.

        —Envíale tus felicitaciones a Neteyam por su inexistente compromiso —Norm le respondió de manera socarrona. Entonces volvió a inclinarse sobre Tom con la obvia intención de continuar con aquello que Ao'nung había interrumpido.

        —¡Norm! —Tom le dio un empujón con ambas manos para separar sus cuerpos.

        —Gracias a Eywa por escuchar mis plegarias —Ao'nung suspiró—. Entonces, ahora iré a restregar mis ojos con arena —declaró mientras hacía ademán de marcharse.

        —¡Ma 'evan (niño)! ¡Espera! —Tom lo llamó.

        —El pobre Ao'nung ya está bastante traumatizado —Norm dijo con diversión—. Solo deja que se vaya para que podamos seguir con lo nuestro.

        —Compórtate, Norm —Tom le advirtió. Después caminó hasta estar frente a Ao'nung—. No te vayas, Ao'nung —insistió.

        —¿Qué pasa? —Ao'nung lo miró con confusión—. Mira, ya obtuve lo que vine a buscar. Así que puedes continuar con lo que sea que esté ocurriendo entre tú y Norm.

        —No está pasando nada con Norm —Tom casi se tropezó con las palabras. Parecía avergonzado.

        —'ak (Auch) —Norm se quejó mientras se cruzaba de brazos con inconformidad, y se apoyaba de espaldas contra la pared del fondo. Tom lo miró con exasperación antes de volver su atención a Ao'nung.

        —Es... —Tom pensó un instante en lo que diría— Es complicado, Ao'nung. No lo entenderías.

        —'ak —Ao'nung hizo eco de Norm. 

        Tom suspiró con frustración.

        —Oye, no estoy tratando de insultar tu inteligencia. Es como la cosa de la puerta. Siempre te digo que toques antes de entrar, pero nunca te acostumbras porque los Metkayina no tienen puertas en sus marui.