Capítulo 5

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•Tormenta•


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        Ao'nung y Neteyam no tardaron mucho en alcanzar al resto del grupo, así que todos llegaron juntos al kelutral sin más incidentes.

        Neytiri y Lo'ak llevaron inmediatamente a Tsireya con la Tsahik para que examinara su tobillo. Mientras tanto, Ao'nung y Rotxo fueron guiados por Neteyam, Jake y Tom a través de las gruesas ramas que subían en espiral por el interior del colosal árbol. Todos los Omatikaya con quienes se cruzaron en el camino observaron a los recién llegados con curiosidad, pero también saludaron de manera respetuosa con el ademán de "Oel ngati kameie" (te veo), demostrando que su presencia era aceptada y bienvenida.

        Jake les explicó que ya había informado al clan sobre su llegada, pero que aún así deseaba presentarlos formalmente antes de la cena, por lo tanto, decidió que les daría algo de tiempo para que se cambiaran las prendas húmedas y acomodaran sus pertenencias en la sección en donde colgaban las hamacas en las que dormirían. Neteyam también les informó que él regresaría a buscarlos cuando llegara el momento de reunirse con el resto en la base del árbol y después se despidió de Ao'nung con una tímida sonrisa. 

        Ao'nung no podía esperar para volver a estar al lado de su amado. Estaba tan emocionado porque Neteyam había aceptado su propuesta de cortejo que ni siquiera era plenamente consciente de lo que ocurría a su alrededor mientras se preparaba de manera metódica para la cena. Rotxo seguramente lo había notado porque tampoco habló mucho durante el tiempo en que estuvieron solos.

        Fue hasta que Neteyam volvió junto con Tom para llevarlos a la zona de reunión que Ao'nung comenzó a prestar un poco más de atención al entorno. Afuera seguía lloviendo y estaba a punto de oscurecer, pero en el interior había un ambiente cálido que estaba iluminado por el fuego de los braseros y las luces fluorescentes de tonalidad verdosa incrustadas en la madera del árbol.

        Jake y sus cónyuges ya los esperaban delante del clan, y Tsireya también estaba con ellos. Ao'nung se alegró de ver que su hermana ya podía apoyarse mejor en su pie sin dar señales de que le doliera. 

El mar que fluye al corazón del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora