#chapter 7

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— ¡Riley! ¡Sal de donde quiera que estés! — la voz de Amber se escuchaba desde fuera de la habitación al igual que los pasos cada vez acercándose más.

— Mátala, Riley. — dice el chico de cabello rubio con una sonrisa a su lado. — Tienes más potencial que ella.

— Cállate. — le dice la chica en un susurro sosteniendo un cuchillo en su mano.

Ella mató a tu mejor amigo.

El corazón de la chica late con fuerza al recordar la imagen del cuerpo de Wes.

— No es tan difícil. — vuelve a hablar el chico rodando los ojos aburrido. — Clavas el cuchillo en su abdomen y la rajas hasta el cuello.

Riley cierra los ojos intentando borrar esa imagen de su cabeza.

Cuando el pomo de la puerta comienza a girarse, Riley espera a un costado de la puerta y cuando Amber entra, la rubia no duda en clavar el cuchillo en el cuello de la pelinegra.

— ¡Si! ¡Qué divertido! — exclama el rubio por encima de los gritos de dolor de Amber.

Las pupilas de Riley se dilatan mientras se coloca sobre Amber para apuñalar repetidamente su abdomen, pecho, rostro y brazos.

Sus verdes ojos se abren con fuerza mientras ella se incorpora en la cama enseguida poniendo una mueca de dolor al sentir los puntos de sus heridas moverse.

La chica respiraba agitadamente tratando de recuperar aire mientras miraba a su alrededor.

Estaba tumbada en una cama con sábanas blancas, en una habitación de hospital. En la cama de al lado se encontraba Tara durmiendo.

— ¿Riley? Que bien que despiertas. — dice Sam que se encontraba en un sillón entre ambas camas.

— ¿Qué...

— Han pasado dos días, perdiste mucha sangre. — informa la mayor de las Carpenter frunciendo su ceño al ver el rostro asustado de la rubia. — ¿Qué te ocurre?

— Una pesadilla, creo.

— ¿Quieres hablar? — pregunta Sam colocando su mano sobre la pierna de la chica, consolándola.

— Yo... Mataba a Amber. — suspira Riley mirando hacia la pared blanca nfrente a ella. — Pero no estaba sola, también aparecía él.

— ¿Quién?

— Stu Macher.

...

Una semana después de la masacre, habían dado de alta a todos, sus heridas estaban sanando correctamente.

La madre de Riley había vuelto por unos días en cuanto supo que su hija había sido atacada pero después tuvo que volver a Francia.

Riley se encontraba ahora visitando a los mellizos Meeks en su casa.

— Hola, cariño. — Martha la saluda cuando le abre la puerta. — ¿Cómo te encuentras?

— Mejor. — sonríe la rubia. — Gracias por preguntar, Martha.

— Los chicos están en el salón.

Riley agradece nuevamente a la mujer y camina hacia el salón sintiendo el leve dolor de los puntos en sus heridas moviéndose al que ya se había acostumbrado.

— Mis mellizos favoritos. — sonríe Riley entrando al salón en el cual Mindy se encuentra el sillón de una plaza y Chad en el de dos junto a las muletas que debía llevar temporalmente.

— Hola, Riley. — saludan ambos mientras la rubia se sienta junto al chico que enseguida apoya su mano en la pierna de ella.

— ¿Habéis tomado una decisión ya? — pregunta Riley mirando a los mellizos.

Sam había decidido mudarse a Nueva York con Tara y les ofreció a sus amigos ir con ellas.

Riley enseguida aceptó, no queriendo pasar más tiempo en ese pueblo y pensando en que podría empezar la Universidad y estudiar al fin para poder hacer lo que realmente le gusta, criminología.

— Sí, está decidido. — dice Chad.

Riley mira expectante a los hermanos.

— ¡Nos vamos a Nueva York! — exclama Mindy emocionada.

La rubia enseguida se levanta de su asiento para abrazar a su amiga feliz.

Después voltea y se sienta junto a Chad para abrazarlo fuertemente y dejar un beso en sus labios.

— Que asco. — Dice Mindy con una mueca.

— Esto es genial, chicos. — sonríe la rubia ignorando a su amiga. — Sam dijo que nos iríamos en dos semanas, cuando te quiten las muletas.

Esto último, lo dice mirando a Chad quien asiente agradecido con ellas por pensar en él.

— ¿Cuándo te quitan los puntos? — le pregunta Riley a su amiga.

— En tres días. — responde Mindy. — ¿A ti?

— La semana que viene. — dice Riley.

— Mi conversación soñada. — comenta Mindy sonriendo algo emocionada.

— ¿Y las pesadillas? — le pregunta Chad a la rubia preocupado.

Lo cierto es que, desde que se acostaron por primera vez en aquella fiesta, ambos habían comenzado a desarrollar sentimientos hasta el punto en que Chad dejó su relación tóxica con Liv.

— Siguen ahí. — suspira Riley. — Stu no sale de mi cabeza.

— Yo tengo una teoría. — Mindy se levanta del sillón poniéndose frente a su amiga y su hermano.

— Sorpréndenos.

— Creo que tienes pesadillas con Stu Macher porque aún no aceptas del todo que es tu familia directa. — explica la chica Meeks.

Mindy se encoge de hombros mientras Chad la mira con sus cejas elevadas y Riley queda pensativa.

— ¿Puede ser? — habla la rubia.

— Estoy segura. — responde Mindy orgullosa de su teoría.

Nota de la autora. 🪐

Ahora sí, viene scream vi. 🤗

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xstsab

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𝙇𝙚𝙜𝙖𝙘𝙮, ScreamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora