La pesadilla comenzó a las 6 de la mañana, cuando sonó el despertador.
Levanté mi cabeza de la almohada y apagué la alarma tan molesta.
Me estiré sobre la cama, me levanté para ir al baño y a continuación me dirigí hasta la habitación para vestirme.
Agarré unas mallas cortas negras, un top de color blanco, y mis Vans.
Tras vestirme, salí hacia la cocina, donde me encontré a la Rafi haciendo café para llevar en un termo.
-¿Y papá? -Pregunté al no verlo por allí-.
-En el coche, configurando el GPS. ¡MARINA! -Llamó a mi hermana-.
-Hostias mamá, deja de gritar, que son las seis y cuarto de la mañana-.
-Es que me enerva que no se levante....-.
Marina con unos pelos de loca y en pijama, apareció por la puerta de la cocina.
-No veas como gritas mamá... Tata, me preparas unas tostadas mientras me preparo porfa-.
-Dale, espabila... Que te iba a decir yo a ti mamá. -Le sonreí. -¿Por que en vez de llevar el remolque para la moto... No voy yo en moto...? Digo, así nos ahorramos un trasto-.
-Si fuera por mí, dejaba hasta la moto. Así que no me toques la moral bien pronto por la mañana. -Decía mientras metía la decima capsula en la cafetera. -Cacharro de mierda, cualquier día lo cojo y lo tiro a la basura... Donde estén las cafeteras de antaño...-.
Me di media vuelta y comencé a hacer el desayuno de Marina y mío.
Preparé dos Cola-Caos y una tostada para cada una. Estaba la Rafi como para que le dijese que tenía que hacer ahora dos cafés más para sus hijas.-Ya tienes esto Marina. -La avisé antes de sentarme en la mesa-.
Tras terminar con el desayuno, llevé mi equipaje hacia el maletero del coche, donde mi padre aún seguía con el GPS.
-¿Te ayudo papá?-.
-No cariño, acabo de terminar... No veas lo que me ha costado configurar ese trasto...-.
-Ya veo ya...-.
-¿Estáis ya listas?-.
-Mama está terminando con el café y Marina creo que se está peinando-.
-Voy a preguntar a los Lacunzas como van, que han ido a casa de los abuelos a dejar allí a Chupito, ¿Vienes?-.
-No gracias, déjame disfrutar los últimos minutos en mi soledad-.
Mi padre rodó los ojos y salió hacia la casa de enfrente, donde podía ver a los cinco meter maletas en el coche.
Menudo mesecito me esperaba...
5 horas y 45 minutos después
El coche finalmente se detuvo frente a una bonita urbanización.
Las casas eran individuales, de color blanco y todas tenían la misma estética.Frente a la casa número 8, pudimos ver a la casera. La cual animosamente nos saludo desde la entrada.
Los nueve bajamos de los coches y nos acercamos hasta la entrada del hogar.
-Bienvenidos, un placer conoceros. -Saludo la mujer. -Pasad, os enseño la casa-.
La mujer abrió la puerta principal y nos adentramos todos allí.
ESTÁS LEYENDO
572 km 「Albalia G!P」
RomanceSiempre se han llevado como el perro y el gato. Pero un viaje cambiará todo entre sus vidas. Una historia que te hará morir de rabia, de risa y de amor.