Limón de Enol comenzó a sonar por los altavoces.
Ella hizo el amago de levantarse, pero la paré colocándome sobre ella y uniendo sus labios con los míos.
Ella abrió su boca y con delicadeza introdujo su lengua en mi boca.
Una de mis manos fue hasta su nuca, donde hacía poca presión, mientras que con la otra dejaba pequeñas caricias en su espalda.
Ella en cambio no tocó mi cuerpo, hasta que agarré sus manos y las llevé hasta mi cintura.
-Manda pelotas, yo pico y pala toda la puta noche, para que ahora se líe con su vecina. -Escuché que decía Marck-.
Una sonrisa se nos dibujó en la boca, al escuchar el comentario.
Separamos los labios y apoyé mi frente contra la suya.
-Menuda nochecita. -Susurró-.
Me reí antes de volver a unir nuestros labios.
El beso comenzaba a ser un tanto más agresivo.
-Para, por qué si no... Vamos a tener un problema. -Miró hacia abajo-.
-El problema lo estoy notando hace rato. -Me reí-.
Ella se sonrojo y escondió su cara en mi cuello.
-Lo siento si te incomoda...-.
-No me incomoda, es algo natural Nat-.
-¿Cómo me has llamado? -Preguntó sacando la cabeza del hueco de mi cuello-.
-Nat. -Respondí con miedo a su reacción-.
Volvió a meter su cabeza entre mi cuello y comenzó a llorar.
-¿Qué pasa? -Pregunté asustada-.
-Me has vuelto a llamar Nat. -Lloriqueó. -Como de pequeña-.
-¿Y te molesta? Si es por eso, no lo ..-.
-¡No! ¡Claro que no! -Me cortó. -Me encanta. -susurro-.
-Madre mía cómo vamos... -Respondí notando un par de lágrimas brotar por mis ojos. -¿Nos vamos ya?-.
-Espera diez minutos... No pienso levantarme...-.
Me reí mientras me levanté de encima suya y cuando todo se calmó, nos levantamos de la arena.
Busqué a Marck con la mirada, encontrándome a él y la chica que hablaba con Natalia besándose.
-Mira allí. -Los señalé-.
Natalia abrió la boca y después me miró.
-Que fuerte-.
-Fuerte lo nuestro. 10 años tirándonos de los pelos, para después liarnos dos veces-.
-Tres. -Dijo antes de dejar un beso sobre mi cabeza y comenzar a andar hacia la casa-.
Con suerte estaba a pocos metros de la playa, así que el camino no fue muy largo.
-¿Abres tu la puerta o la abro yo? -Pregunté mirando la llave y después a ella-.
-Como tenga que meter yo la llave en esa cerradura, te aseguro que la encajo antes en una ventana que ahí...-.
-Pues vamos bien -me reí subiendo las escaleras hasta llegar a la puerta. -Yo no se ni que llave es. -Me apoyé en la puerta mientras miraba las llaves-.
-Tu prueba-.
Probé todas las llaves y ninguna encajaba en la cerradura.
-¿Tú estás segura que has cogido las llaves de casa? ¿O no sabes encajar la llave en la cerradura-.
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572 km 「Albalia G!P」
RomansSiempre se han llevado como el perro y el gato. Pero un viaje cambiará todo entre sus vidas. Una historia que te hará morir de rabia, de risa y de amor.