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era un día cálido y el palacio estaba silencioso y tranquilo, a excepción de un pequeño castaño que corría por los pasillos cargando una bandeja de galletitas mientras un cocinero muy enojado lo perseguía.

-RODRIGO VUELVE AQUI AHORA MISMO!! ESAS GALLETITAS SON PARA LA HORA DE LA MERIENDA!!- gritaba muy enojado el cocinero mientras se detenía para tomar un poco de aire.

el castaño con tan solo 9 años era muy rápido y hiperactivo, cosa que contra restaba por completo al rey y a la reina quienes eran demasiado serios y tranquilos, rodrigo toda su vida había estado en el castillo con gente que le enseñaba como debía de actuar el príncipe pero a él poco le importaba.

el ojiverde al ver que nadie lo seguía se apresuró a llegar a una de las habitaciones vacías.

-tomi, tomi las conseguí- dijo entre risas apenas terminó de cerrar y ponerle seguro a la puerta, tomas y rodrigo eran mejores amigos desde que eran muy chiquitos, ya que la madre de tomas trabajaba ahí desde antes que el naciera.

-genial rodri, ven siéntate- dijo golpeando con su mano al costado suyo, rodrigo no dijo nada y simplemente fue a sentarse a su lado en el pisó -mira lo que te traje hoy- dijo sin mirar al castaño mientras buscaba algo, de su bolso sacó una hermosa pulsera con muchas caracolas y florcitas de mentira, el mayor cada vez que iba a pasear al pueblo le traia algo de regalo.

-es muy linda- le contesto mientras miraba como este se la ponía en la muñeca. -crees que algún día yo podré ir al pueblo?- le pregunto mirandolo con un poco de ilusión, deseando que al menos el le diga que podría haber oportunidad.

-claro que si ro, cuando crezcas y te conviertas en el rey podrás hacer lo que te plazca.- siempre le intentaba dar ánimos a su amigo ya que el sabía que estar en ese castillo era muy aburrido, le gustaría al menos un día llevarse a su amigo a escondidas al pueblo, pero sabía que el rey y la reina se enojaron muchísimo y que eso pondría en problemas a su mamá, así que solo se dedicaba a consolar al menor.

-pero tomi yo no quiero esperar a ser rey- y ahí estaba de nuevo, diciendo lo mismo de siempre, el mayor podría jurar que escuchaba eso mínimo 15 veces por semana.

-no te preocupes por eso, ya veras que cuando menos te des cuenta ya tendrás la corona en la cabeza, hablando de eso rodri como van las clases?- le pregunto curioso al castaño para así distraerlo del tema anterior.

-son muuuy aburridas, quieren que me aprenda todo el reino en mapas y toda su historia, además de que siempre me regañan por todo- se quejo el menor mientras se metía dos galletitas a la boca.

-pero te retan por que quieren que mejores, es un acto bueno de su parte- lo único que le podía dedicar al menor eran sonrisas y palabras de consuelo, si a el que estudiaba en el pueblo con muchos más chicos le parecían aburridas las clases no se quería ni imaginar a su amigo, quien encima tenía muchos maestros enseñándole a él solo.

-lo decis por que vos no tenes 3 profesores enseñandote por 5 horas sin descansó, estoy seguro que esos viejos me van a matar un día.- dijo a lo que el mayor únicamente río y ambos volvieron a comer en silencio.

luego de un rato siguieron hablando hasta tarde, ese día ambos se quedaron dormidos en el piso, seguramente al día siguiente tendrían un resfriado.

°el príncipe de mi amor° >-rodrivan-<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora