Excursión

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Jason, Tessa e Ibai se hospedan en el mismo hotel. Una noche, van a una discoteca a tomar unas copas. Jason e Ibai han sido amigos desde la infancia y comienzan a charlar y recordar sus aventuras infantiles. Tessa escucha atentamente, descubriendo los intereses ocultos de su novio, y entre bebidas, los tres dejan volar su imaginación. Ibai, que es el más aventurero, propone hacer una excursión a un lugar poco conocido al que solo se puede acceder en barco. Jason y Tessa lo miran asombrados. "¿De verdad conoces un lugar como ese?" le preguntan a Ibai. "Mucho, solo falta alquilar un barco que nos lleve", responde Ibai, con la ilusión y el sentido de la aventura apoderándose de los tres. Terminan sus bebidas y deciden ir al puerto al día siguiente para gestionar el alquiler del barco. Siguen hablando hasta que es hora de dormir.

Al día siguiente se despiertan sintiendo los efectos de la noche anterior, pero la resaca no les impide pensar en la aventura que tienen planeada. Van a desayunar y se reúnen en el comedor, sirviéndose un café cargado para despejarse la cabeza. Ibai ya conoce la zona porque ha pasado allí algunos veranos con su ex novia. Les cuenta todo lo que sabe y, sobre todo, una cala escondida que pocos conocen, a la que solía ir con su ex para tomar el sol desnudo y dar rienda suelta a sus instintos sexuales. Jason y Tessa lo escuchan y están ansiosos por ver ese lugar. Terminan su desayuno y deciden dar un paseo por el pueblo. Ibai les dice que tiene el teléfono del marinero que les alquiló el barco la última vez que estuvo allí y que lo va a llamar. La pareja se acerca a los puestos de souvenirs mientras él hace la llamada. Mira unos carteles de su cantante favorito, Carlos Heredia, cuando lo ve rodeado de una multitud de personas que gritan su nombre y le piden autógrafos al final de la calle. Ella está asombrada y no sabe cómo reaccionar, y en un segundo, desaparece de la vista de Jason, corriendo y metiéndose entre los fanáticos para ver a su ídolo en persona. La excitación es demasiada para ella, y tras unos cuantos codazos y empujones, consigue llegar a la primera fila, a pocos metros del hombre al que adora. Ella agita los brazos y grita su nombre. Carlos Heredia se acerca a sus fans, repartiendo besos y firmando autógrafos. El corazón de Tessa late más rápido cuando ve que su ídolo se acerca y cuando llega el momento, lo abraza, le da un beso apasionado y le pide que le firme la camiseta. Jason, distraído por los puestos de souvenirs, no se da cuenta de la desaparición de su novia. Se da la vuelta y no la ve, buscándola por todos lados sin éxito. Después de un rato, ella regresa, sonrojada, y él la mira preguntándose a dónde se ha ido. Ella le cuenta su experiencia y se disculpa por no decirle nada. Él la perdona pero le pide que no vuelva a desaparecer así. Los dos, ya más tranquilos, se dirigen al encuentro de Ibai.

Es casi la hora de comer, y Jason llama a Ibai para quedar en un restaurante típico llamado Arux, que les han recomendado. Almuerzan una deliciosa sobrasada típica mallorquina, e Ibai les dice que ha quedado con el hombre para alquilar el barco. Una vez que terminan de comer, se dirigen al puerto. Se dirigen hacia el puerto por un sinuoso camino que bordea la costa. Los tres están muy felices y siguen cantando el éxito del verano "Tarot" de Bad Bunny. Después de 20 minutos de canturrear. Una vez que todos están a bordo y las medidas de seguridad son revisadas. La emoción y la aventura están a punto de comenzar.

El mar está tranquilo y la brisa fresca acariciaba sus rostros mientras Rodrigo maneja el timón y se adentran en alta mar. Jason, Tessa e Ibai están maravillados con el paisaje que se extiende ante sus ojos, la costa rocosa, las pequeñas calas de arena blanca y el agua cristalina de un azul intenso.

Después de un rato de navegación, Rodrigo señala un punto en el horizonte y les indica que allí se encuentra su destino, una pequeña cala escondida entre acantilados y vegetación salvaje. El lugar es mágico y poco transitado, ideal para disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad.

El barco se detiene en una pequeña ensenada y los tres amigos desembarcan. La arena es suave y blanca, el agua es tibia y cristalina. Ibai les muestra el camino hacia un bosquecillo cercano, donde les dice que hay una cascada impresionante y que se puede nadar en la poza que se forma debajo de ella.

Los tres se adentran en el bosque y después de un rato llegan a la cascada. El agua cae con fuerza desde lo alto, creando un espectáculo impresionante. Tessa, Jason e Ibai se quitan la ropa y se meten en el agua, disfrutando de la frescura y la pureza del lugar. Se ríen y juegan como niños, explorando cada rincón y descubriendo nuevas maravillas.

Después de un rato, deciden descansar y hacer un picnic en la playa. Ibai saca del barco una nevera con comida y bebida, y entre risas y anécdotas, disfrutan de una tarde inolvidable en este paraíso terrenal.

El sol comienza a bajar en el horizonte, pintando de naranja y rojo el cielo, y Rodrigo les indica que es hora de regresar. El viaje de vuelta es tranquilo y relajado, con los tres amigos disfrutando del paisaje y de la compañía del marinero.

Ya de vuelta en el puerto, Jason, Tessa e Ibai se despiden de Rodrigo y se dirigen hacia el hotel, cansados pero felices después de un día de aventuras. Se prometen volver a visitar ese lugar mágico y se van a descansar, con la cabeza llena de recuerdos inolvidables y la sensación de haber vivido un día de ensueño en un paraíso escondido.

Viviendo con mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora