Conor Masters, un bailarín profesional, dedicado desde los ocho años de edad a esta pasion que tiene hasta hoy. Siempre ganador de los primeros lugares en todo, el gran orgullo de su agencia de baile por sus técnicas y movimientos.
Convencido de q...
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CONOR
Ni siquiera yo, terminaba de afrontar lo que estaba diciendo, esas palabras habían sonado profundas, incluso para mi, fueron demasiado intensas y fui quien las dijo.
Después de eso, que había parecido más un ruego que una sugerencia. April, fijo sus ojos cafés en los míos, dándome así la vista de su Iris, que, hasta ahora, nunca me había dado cuenta de que ni siquiera eran totalmente cafés, más bien, eran de un color suave, como la miel y frente a la luz, daban la impresión de tener destellos verdes.
Continúe con la coreografía, dejando que mi cabeza se enfocará más en la competencia que en ella.
>>Hay que admitir que baila bien, y que, es linda<<
La sincronización de nuestros movimientos empezaba a encajar sin problema, dejándome ver, que realmente si podía bailar con ella sin problemas.
La canción inundó mis oídos y llegó a mi cerebro con intensidad, mis manos se pusieron en un modo automático al igual que mis pues, dejándome sentir la vibración de los sonidos de la pieza.
Mi respiración estaba agitada, la intensidad y pasión con la que estaba bailando, era bastante, sin duda estaba saliendo mejor que en las prácticas, pero aún teníamos cosas por trabajar, teníamos cosas que perfeccionar y técnicas por probar.
Pronto, la canción término y el giro final, se hizo, haciendo que como era de esperarse, quedáramos frente a frente, el uno del otro, mis ojos aún no dejaban de mirar los suyos y mis brazos la sostenían con firmeza, era una sensación extraña.
El lugar volvió a estallar en aplausos y ambos nos volvimos a levantar, dando una reverencia y agradeciendo con pequeños saludos a todos los presentes. Observe, que no habíamos recibido ningún negativo, lo que era bueno, son embargo, no quería decir nada en concreto.
April y yo, volvimos detrás del escenario, donde ahora debíamos esperar a que todos acabarán de pasar, así que nos daría tiempo de saber en qué fallamos o si algo no salió como queríamos.
—No estuvo tan mal… —tome la iniciativa de hablar, al final tenía que seguir compartiendo con ella.
—No. —se sentó frente a uno de los tocadores. —pero pudo haber sido mucho mejor… ambos lo sabemos.
—Oh vamos April, no estamos acostumbrados a trabajar juntos. —trate de mantenerme positivo, ahora mismo, lo que menos quería, era entrar en discusión.
—Si, supongo que si. —suspiro algo fuerte. —bailas bien.
Me quedé en silencio un momento. ¿De verdad me lo estaba diciendo? Eso ya no era para nada común, en especial si era para mi. No supe que responder, más aún teniendo en cuenta que el cumplido venía de April, la persona menos esperada para alagarme.
—No lo dices en serio… —hable bajo, era increíble para mi.
—Nunca miento Conor. No veo porque lo haría contigo. —me miro por unos segundos en el reflejo del espejo.
De alguna forma, tenía razón, incluso en los pequeños encuentros que hemos tenido, jamás me dijo algo que no sintiera, como lo fue aquella vez que dijo que tenía miedo, algo que no me enorgullecía y, al contrario, lograba hacerme sentir mal.
Nadie nunca jamás me había dicho que tenía miedo de lo que yo fuera a hacer, menos bailando, nadie hasta que ese nadie, se volvió April, primera persona no sólo en ganarme, si no también en enfrentarme con lo que realmente siente.
—No sería capaz de dejar que algo te pasará. —volví a romper el silencio.
—¿De que hablas? —ella continuo liberando su cabello de los pasadores.
—La otra vez, cuando hablamos… bueno, discutimos, dijiste que te daba miedo bailar conmigo, porque temías romperte algo, o que yo te rompiera algo. —le di una rápida mirada, tampoco podía dejarle ver un lado vulnerable. —entonces, quería que supieras eso. No me agradas, pero no quiere decir que quiera que algo te pase.
—Bueno, si no mal recuerdo, me dijiste que querías que me rompiera un tobillo. Así que, ¿por que tan repentino cambio? Dime. —giro sobre la silla para mirarme.
—Se lo que dije, estaba molesto. —desvíe la mirada hacia las zapatillas que ahora guardaba. —molesto hago y digo cosas, que no debería.
Espere a que me dijera algo más, pero no pasó nada, solo levó un momento sus cejas y dio un asentimiento para volver al espejo y acabar con su cabello.
Pronto, empezaron a llamar a las parejas que no habían tenido más de un error, de ese grupo, nombrarían solo a cien parejas para la siguiente ronda, así que estábamos a la espera. Cada pareja, tenía el visto de la jueza principal: La señora Louder. Que, a diferencia de muchos, ella destacaba por su sinceridad y sus palabras directas.
Tal vez eso fue lo que me puso nervioso, el saber que nos daría una crítica frente a todo mundo y claro, aquí todo mundo nos conoce, así que, si en algo fallamos, vamos a quedar expuestos y es probable que decepcionemos a muchos.
Esperamos impacientes a nuestro llamado, para cuando escuchamos nuestros nombres, salimos y quedamos justo en el centro de todo el escenario, teniendo millones de miradas sobre nosotros.
—April y Conor. —Louder, sonrió y se acercó un poco hacia adelante. —siendo una persona sincera, jamás pensé verlos a los dos juntos bailando. Pues para nadie es un secreto, que, desde niños, compiten por esos primeros lugares.
Tenía toda la razón, era por eso justamente que teníamos también reconocimiento en las personas, por ser la pareja que más compite entre si, no por ser la pareja que compite para si.
—Esta noche, nos llevamos una sorpresa grande al verlos a los dos aquí, representando la Academia de Jesse. —se recostó sobre su mano. —pero vamos al grano, ¿les parece? —ambos asentimos sin decir nada.
>>Como les dije a mis compañeros, la técnica es impecable, los pasos son finos, April, como siempre, tienes una elegancia que nadie alcanza, ni siquiera yo ahora, tus movimientos son tan sutiles y clásicos, que me da satisfacción cuando bailas. —movió las manos en un gesto leve. —Conor, tienes una distancia limpia, movimientos fluidos y más fuertes, intensos, perfectos para la calidez que otorgan los de ella, pero… —y ahí estaba, el, pero, que no quería escuchar.
>>A pesar de que encajan a la perfección, no tienen armonía total. Ambos, pueden tenerla, pueden darme ese sentimiento de validez y frío, que me haga llorar. —habla con intensidad mientras aprieta un poco su mano. —la conexión entre ambos, puede ir más allá que solo una mirada, más allá que solo hablar con los ojos, yo necesito que vaya más allá de eso, que ambos sean uno solo en el escenario, porque de nada me sirve la técnica impecable, si no tengo esa conexión con mi pareja. —apenas si pude sonreír, sabía que esto pasaría, pero no que ella se diera cuenta tan rápido.
>>No se como, no se de que manera, pero ustedes si o si, deben buscarme la conexión que exijo, porque ahí está, lo siento, yo lo se, se muy bien que ahí está, deben dejarla salir, confiar el uno en el otro y dejar salir esa conexión que es lo único que hace falta. —poniendo una pausa leve, de un silencio que me pareció casi infinito, volvió a hablar finalizando. —si no veo algo de esto, en la siguiente ronda, vamos a tener que despedirnos.
Ambos la miramos casi incrédulos, como si nos estuviera jugando una broma o algo así, había dicho que, en la siguiente ronda, quería vernos más conectados, así que básicamente quería decir, que pasamos, pasamos esta ronda.
—Y si, así como lo oyen… ¡un aplauso para April y Conor, que nos acompañan a la segunda ronda! —terminó de confirmar lo que yo había recién pensado.
Enseguida como término de hablar, la gente se levantó de sus asientos, para una vez más, aplaudir, sin embargo, al ver la pantalla de lugares, algo dentro de mi, quiso echarme un balde de agua fría, habíamos quedado como pareja diez, en el décimo puesto, todo por esa conexión que faltaba.
Si no encontraba la manera de llevarme bien con ella, aunque fuera en el baile, nunca ganaríamos ese dichoso premio y, además, nos eliminarían en la segunda ronda, cosa que consideró peor.
