Conor Masters, un bailarín profesional, dedicado desde los ocho años de edad a esta pasion que tiene hasta hoy. Siempre ganador de los primeros lugares en todo, el gran orgullo de su agencia de baile por sus técnicas y movimientos.
Convencido de q...
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CONOR
Sabía que, si no me atrevía a besarla en ese momento, probablemente jamás lo haría. ¿Por qué lo hice? Es algo simple, mi confusión empezó desde que tuvimos que acercarnos una vez más, desde que esta competencia nos obligó a estar más tiempo unidos.
No quise aceptar realmente que tenía celos de Ryan y hasta de Jake, por lograr lo que yo no, por lograr que ella se sintiera tan cómoda con ellos, más que conmigo. Siempre pensé que la odiaba y por esa razón no podía acercarme a ella, porque cada vez que lo hacía, algo en mi se sentía diferente, algo me hacía sentir como si me estuvieran dando golpes en el pecho.
Enseguida lo asocie con odio, con desprecio, porque al mismo tiempo no me gustaba la idea de que me ganará una chica. Era confuso, muy confuso.
Sentir sus labios sobre los míos, me hacía sentir como muchas veces cerca de ella, solo que esta vez no lo reprimí, esta vez, lo dejé ser, mi corazón se quería salir de mi pecho. Mi respiración se aceleró como cuando estoy enojado, pero esta vez, era distinto.
Mi mente no procesaba nada de esto, pero mi subconsciente, me decía que hace mucho quería hacerlo, tantas veces analizando sus bailes, tantas veces aprendiéndome sus coreografías y aún más, recordando esa vez que la vi por primera vez.
Fui un idiota por miedo, miedo a mis emociones y las escondí, las escondí tanto que cada vez que quería acercarme y alguien más me ganaba, lo único que podía hacer, era humillarla, cuando lo único que gané con eso, fue verla triste y cansarla de mí.
—Conor… —escuche su susurro en cuanto nos alejamos. —esto no está bien.
Abrí los ojos, un nudo en la garganta se me formo, me negaba a soltar mi poco orgullo.
—Tienes razón. —asentí una vez más, reprimiendo mis sentimientos. —lo siento.
Me levante del sofá enseguida, de nuevo estaba siendo un idiota, pero es que, tenía miedo de decirle la verdad y perder la autoridad que me había ganado, porque el amor, es para personas débiles.
—Escucha entiendo que estés confundido, pero no entiendo porque has hecho esto. —sentí cuando se levantó detrás mío.
—Nada realmente. —no tenía la valentía de decirle.
—¿Nada? ¿Me estás diciendo que lo que hiciste, fue por nada? Vaya respuesta más estúpida… —soltó aire.
—¿Quieres la verdad? —me atreví a preguntar.
—Si eres tan amable de explicar, sí.
—Bien, lo hice porque… —me mordí la mejilla interior, ella salía con Ryan, yo no quería ser débil. — porque tengo que ser el único chico que ya haya besado a todas las chicas que hay en la Academia y solo faltabas tu.
