Misma noche en el departamento de Wednesday:
Después de que vio a los padres de Wednesday irse se subió a su Mercedes y lo dejó bien estacionado. Utilizó la llave que, gracias a Dios, nunca le había devuelto a la pelinegra y se metió al departamento. No se había dado cuenta cuanto extrañaba ese lugar hasta que traspasó la puerta de entrada, todo estaba exactamente igual, incluso Enid se sorprendió de ver la cama sillón aún armada, al parecer Wednesday aún seguía durmiendo ahí y, si tenía que ser sincera, le aterraba un poco la idea de que la pelinegra pensara en tener nuevos compañeros de cuarto o tal vez compañeras. Al principio se distrajo y trató de calmar sus nervios recorriendo su viejo departamento, no logró calmarse en absoluto hasta que entró al cuarto "prohibido" de la pelinegra. Un montón fotos que Wednesday había colgado en la pared le llamaron la atención. Varias de ellas eran de un enorme palacio que Enid pudo reconocer fácilmente, había estado varias veces paseando cerca como para no hacerlo, el palacio de Buckingham. Las imágenes del palacio eran miles, y además al parecer no sólo había fotos de su exterior, sino también de sus balcones y alguna que otra parte de su interior. Varias fotos eran monumentos tomados desde distintos ángulos, otras eran de enormes jardines con hermosos lagos, algunas tenían soldados de esos que están a la afuera del palacio de la Reina de Inglaterra y que tiene prohibido moverse, y también había varias tomas de hermosos tulipanes de distintos colores y otras flores que eran características del lugar. Eran muchas fotos y variadas, la pelirroja no supo la razón de que estuvieran en el cuarto de Wednesday hasta que encontró una enorme lámina en la mesa de dibujo de Wednesday. El fondo de la lámina era el frente del palacio, pero el centro lo ocupaba una pareja que se estaba besando y que Enid no pudo distinguir muy bien de quienes se trataba por culpa de la cantidad de anotaciones y tachones que había en el dibujo. La pelirroja dedujo que el trabajo no estaba del todo terminado y que, por la cantidad de bolas de papel tirados en la habitación, era un dibujo que le estaba costando a la tatuadora. Por primera vez Enid se preguntó si este era el tatuaje misterioso y de urgencia que Wednesday tenía que hacer en Londres. Ocupó una gran cantidad de tiempo en inspeccionar cada detalle que la pelinegra había agregado a su dibujo, sabía que Wednesday era habilidosa, pero la sorprendió aún más lo que vio en esa lámina, verdaderamente la pelinegra sabía lo que hacía.
Cuando volvió a la sala fue directa hacia su cartera y agarró un papel que había doblado en un perfecto y pequeño cuadrado, se lo llevó al sillón para tenerlo a su lado y lo dejó encima de la cama mientras ella se ponía lo más cómoda posible. Prendió el televisor y trató de distraerse. Después de varias horas se dio cuenta de que evidentemente su táctica de distracción no estaba funcionando. Eran las tres de la mañana y Enid seguía sentada en el rarisillón de Wednesday mirando la televisión. Bueno, en realidad, el televisor estaba prendido pero la empresaria no le estaba prestando atención alguna, su mente estaba en otro lado. Su mente estaba en Wednesday.
Cuando miró por millonésima vez la puerta para ver si mágicamente se abría y dejaba ver a una pelinegra que volvía a su lado intacta, volvió a percatarse del doblado papel que había dejado a su lado. Lo agarró estirando su brazo y lo abrió con resignación. Ya nada de lo que había puesto en ese papel parecía importante bajo este contexto. Desde el momento en que Enid había salido por la puerta de la oficina de Wednesday en el estudio de tatuajes, aquel día que la pelirroja prácticamente le impuso una cita a la pelinegra, desde ese momento la empresaria había empezado a hacer una pequeña lista en su cabeza con las cosas, si se puede decir así, que tenía que hablar con la otra chica en su cita. No lo tomen a mal, Enid pensaba disfrutar de la cita, por supuesto, pero también le iba a sacar bastante provecho, ella estaba dispuesta y quería ayudar a Wednesday, pero no lo podía hacer caminando a ciegas, necesitaba respuestas. Toda su vida Enid jugó con reglas claras y simples: "Si tus padres dicen no, es no por ahora, pero si te esfuerzas quizás lo consigas", "Si quieres un caballo gana suficiente dinero para comprarte un establo", "Si te gusta un chico sedúcelo hasta que lo tengas loco", "Si Yoko se emborracha no la dejes hablar, podría revelar cosas que te comprometan", "Cuando estés con tus competidores no muestres tu verdadero entusiasmo, sino el que ellos creen que tienes". Existían millones de reglas así programadas en ella, Enid las necesitaba para vivir y presentía que las necesitaba para Wednesday también. En ese momento la pelirroja pensaba que no iba a dejar pasar la cita sin tildar cada uno de los temas que salieran en su mente, eso para ella era un "debía hacerse".
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No Soy Para Ti (WenClair Adaptación)
FanfictionUna millonaria inversora llega a New York acompañada de su socia y mejor amiga con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a su perfecta y controlada vida. Nunca pensó que sus prioridades iban a cambiar de forma radical en t...