Mismo día por la tarde en la oficina de Enid:
-Así como lo oyes, Esther, así como lo oyes - Le aseguró Yoko a través del manos libres de su celular.
La asiática había tenido varios asuntos que atender hasta el mediodía, pero ya por la tarde, iba rumbo a la oficina con todas las intenciones de indagar a su socia acerca de los acontecimientos de la noche anterior.
-¿Cómo qué si estoy segura de lo que digo, Esther? - Yoko estaba poniendo al tanto a la señora Sinclair de la información que manejaba.- ¿Tengo que repetírtelo? Dios. Divina me hizo explicarle mis deducciones como tres veces esta mañana. Bien- Se resignó.- Abre bien tus viejas orejas porque la evidencia número uno es que- Empezaba el recuento de la investigación realizada por Yoko-, las últimas en dejar el edificio la noche anterior fuimos Mariam y yo - aseguró-. Y cuando nos fuimos, la rarita-
Yoko giró los ojos ante el reproche de la madre de su mejor amiga.
-Sí, sí, lo que sea. ¡No! Bueno, está bien. Wednesday- Destacó.- La rarita - Murmuró para sí misma, no había otra forma de reconocer a la pelinegra para la asiática que no sea esa- Seguía esperando a la testaruda de tu hija en el lobby, y estoy muy segura de que no se iba a mover de ahí hasta no verla.
De hecho, ella misma le había dado permiso para que se quedara siempre y cuando Yoko pudiera pasar a ver al Mercedes Brabus, pero esa extorsión no tenía por qué saberla nadie más que ella y la rarita.
-Sí, sí, ya sé que la culona de tu hija - Automáticamente Yoko frenó el auto para ver si no estaba Wednesday para corregirla-. ¡Dios! La rari me ha vuelto una psicótica perseguida, ahora no puedo hacer mis bromas sobre el trasero de Enid sin pensar que en cualquier momento la rari me corta por partes y me mete en unos de sus freezers - Y dale con eso.- Como sea, ya sé que la pelirroja culona de tu hija estaba enojada con ella, que se encerró en su oficina sin querer ver a nadie y que no hay nadie más cabeza dura en el mundo que Enid, pero... - Y esto era muy importante-, Esther, la rari es el virus que atraviesa absolutamente todas las paredes protectoras que tiene Enid en sus sistema.
Yoko estaba actualizada.
-Y cuando digo todas, me refiero a absolutamente todas. ¡Por Dios, Esther! Tú viste con tus propios ojos la cara de tonta enamorada que pone cada vez que la rarita está cerca. ¡Exacto! -Al parecer la señora Sinclair le había dado la razón.- Y eso que ni siquiera la viste toda verde defendiendo su territorio el otro día.
Por otro día se refería a aquella tarde en que ella y Enid fueron a ver los nuevos inquilinos de Wednesday y se encontraron con una pequeña sorpresa.
-La tendrías que haber visto en ese modo celosa, Esther, más que Hulk era "La increíble Enid". No paró hasta que todas las maletas de la chica nueva estuvieran afuera del edificio, y la rari la miraba con su cara torcida y toda confundida. ¿El chico? - Esther, que al parecer estaba muy al tanto de la situación, preguntaba por el otro inquilino-. Por favor... - Yoko soltó una carcajada mientras entraba a la cochera del edificio.- Después de que vio como Enid echaba a patadas a la otra tipa, salió espantado de allí - Al parecer la pelinegra se había quedado de nuevo sola en su departamento-. En fin - La conversación se había desviado-. Evidencia número dos, tu hija no volvió a dormir al departamento y... - Yoko giró los ojos.- ¿Puedes ser más negativa? ¿Cómo que se puede haber quedado llorando en la oficina? - Esther no quería ilusionarse-. Primero, todavía no sabemos si tu hija es capaz de llorar y no derretirse, y segundo, uno de los principios supremos e inquebrantables de Enid es: "Tu casa es mi casa, pero mi oficina no es tu casa".
Era cierto, la pelirroja lo tenía como una política de trabajo para todos sus empleados. Era muy útil a la hora de evitar que empleados emparejados entre ellos trajeran sus problemas personales al trabajo, o evitar que alguna mujer despechada apareciera a hacer líos en las oficinas, o para que ninguno de sus empleados abusara de los recursos de la empresa para usos personales.
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No Soy Para Ti (WenClair Adaptación)
FanficUna millonaria inversora llega a New York acompañada de su socia y mejor amiga con el propósito de arrasar con todo y agregar más logros y millones a su perfecta y controlada vida. Nunca pensó que sus prioridades iban a cambiar de forma radical en t...