Este fue uno de los tantos días donde las cosas fueron un caos total. Pero este fue otro nivel de caos.
Nam se había ido temprano y me había avisado que llegaría tarde porque le dieron horas extras. Yo estaba en la casa, por suerte, solo. Kook estaba en la escuela, y al menos eso quería decir que no tenía que pasar tantas horas con él a solas.
Estaba en el sofá, comiendo directo del tarro de helado y viendo una película. No era algo muy interesante, pero era lo único que había. Así que simplemente permanecí ahí, porque tenía demasiada pereza como para siquiera hacer algo.
De vez en cuando, eso sí, me levantaba y abría una ventana. Las abría, me quedaba un ratito parado dejando que la fresca brisa entrara y luego volvía al sofá. Hacía calor, y eso era raro para la época del año en la que estábamos.
Y el calor solo parecía... aumentar.
No importaba cuanta brisa entrara, no importaba cuanto helado comiera. El calor seguía ahí. Incluso llegué a sacarme algo de ropa. Porque, carajo, era estúpidamente sofocante.
Tenía calor, mucho, y estaba tan, tan agitado. Ni siquiera me había movido demasiado para abrir las ventanas, no requería demasiado esfuerzo como para estar de esa forma.
Y recién entendí que pasaba cuando escuché su voz llamarme y sin darme cuenta gemí casi necesitado. Abrí los ojos tan grandes y quise desaparecer. De entre todas las cosas que podían pasar, justo tenía que ser eso y más estando cerca él.
Quería matarme, esconderme, hacerme bolita en el rincón de mi ropero. E incluso si hubiera querido moverme, si hubiese querido escapar de eso, no podía, definitivamente no podía. Fue como si en un abrir y cerrar de ojos hubiera dejado de tener control de mi cuerpo, aunque literalmente fue así. Mi lobo mandó mi rasocinio a la mierda y tomó el mando de toda la puta situación.
Quería matarme, porque sabía que si él se hacía cargo nada bueno saldría de eso.
Kook entró a la sala, arrugando la nariz al sentir el olor dulzón impregnado en el aire. Y luego simplemente inhaló hondo, profundo. Pude sentir derretirme ante eso, parecía un chiquillo de quince con hormonas alborotadas. Nuestros ojos conectaron, los suyos se oscurecieron al instante en que chocaron con los míos.
Y el caos, simplemente, se desató.
Se aproximó a mí a grandes zancadas, casi desesperado, y tomó mi rostro para plantar en mis labios un beso demandante. Mi conciencia me decía que me alejara, pero el lobo tonto solo correspondía. Terminé de espaldas en el sofá, con Kook sobre mí. Fue instantáneo, a penas nuestros labios se tocaron ya estábamos necesitados del otro.
El calor en la habitación aumentó, la ropa se fue a algún lado y sus labios trazaron un camino por todo mi cuerpo. Me tenía retorciéndome, gimiendo por él. Sus manos no se quedaban quietas, una la tenía en mis pezones y la otra en mi entrada. Sacaba y metía sus dedos con una habilidad impresionante.
Llegó un momento en que se alejó, no entendí por qué. Recuerdo haberme quejado, haber protestado, aunque mis quejas no duraron demasiado. Tomó mis piernas, las puso en sus hombros y enterró el rostro en mi culo, lamiendo, chupando. Carajo. Arqueé la espalda, me aferré al sofá, gemí tan alto.
No podía manejar nada de eso.
Era como tocar el paraíso y el infierno a la vez. Era tan malo, era tan placenteramente malo. Pero se sentía tan malditamente bien, que sinceramente me importó un carajo cederle el control al pulgoso ese.
Se alejó otra vez y me cargó hasta mi habitación, básicamente me tiró en la cama y se introdujo en mí. Así sin más, como una bestia. Al principio dolió, incluso grité por el dolor, pero ni me dejó pensar en cuánto dolía, porque ni bien me embistió comenzó un vaivén rápido, duro, fuerte.
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Impuro ⊱kootete⊰
RandomAsqueroso aquél día en que la luna me ató a ti, no porque no te amé, pero si por todo lo que sufrí. ︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿ │ ✧Historia original. ➳ Kooktae-Jungkook alfa/Taehyung omega. ➳ Queda totalmente prohibida su copia y/o adaptación. ➳ Si no te...