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Por la tarde, Narcissa, junto a Draco habían aparecido frente a la casa de los Ohardy, listos para ir juntos al callejón Diagon. La señora Christa era quien acompañaría a Arabella, puesto que para ella permitir que Arabella pase tanto tiempo con los Malfoy, le parecía peligroso y no solo por su posición social, si no por cuantas cosas podría filtrar de su familia. Y lo sentía poco conveniente.

Así que antes de salir, la señora al no poderse negar a que Arabella fuese a Hogwarts, sabiendo perfectamente que habían intervenido para su pronto acceso al colegio, fue que le advirtió a Arabella:

-Arabella. Ya vi que llegaron.-Entonces la señora Ohardy, se dirigió a la pequeña.-Créeme que me gusta tu amistad con él, pero no me da confianza su familia, ya te lo había dicho. Sabes que es por su relación con Quien-Tu-Sabes, aunque el Ministerio, no me agradan. Quiero que esta sea la última salida. En Hogwarts, te le distancias, ¿Si?

Arabella siendo totalmente consiente de que era mentira, que su madre sólo quería alejarla de su amigo por sus propios intereses, sencillamente se negó.

-No, no lo hare y lo aguantas.-Respondio totalmente decidida, incluso con el semblante totalmente serio a pesar de su corta edad y sin hacerle frente a su madre, corrió a la puerta, abriéndola y corriendo a los brazos de su amigo.

Draco muy gustoso acepto el abrazo y ambos niños empezaron a reír con inocencia.

Momentos después, ambas madres al lado de sus hijos, se tomaron de las manos e hicieron una aparición, para llegar directamente al Caldero Chorreante, un pequeño bar mágico al que solo accedían magos. Tan pronto llegaron, las madres dejaron que sus hijos accedieran al callejón, dándoles sus pergaminos con la lista de lo que necesitarán. Dejándolos ir delante, pero sin quitarles la vista de encima. Ambas madres iban sumidas en una platica en voz baja, aunque era claro que Christa podía fingir muy bien su molestia de estar ahí. Sin embargo eso no le importo a Arabella y se mantuvo hablando con Draco.

-¿A donde vamos primero? Yo sugiero que vayamos por lo menos escencial y al final por las varitas, porque son lo mejor de todo el recorrido.-Sugirió Draco.

-Yo pensé lo mismo, aunque antes de ir por las varitas, antes de finalizar pensé en ir por un helado, yo invito.-Agregó Arabella.

-¡Perfeto!

Ambos niños comenzaron su recorrido por varios locales. Comprando primero sus libros, luego su caldero de peltre, medida 2, su juego de frascos de vidrio, su telescopio y su balanza de latón. Siendo maravillados por su primera visita al Callejón Diagon. Ninguno había estado antes y parecían amar aquel recorrido. Reían mucho y hablaban de sus cosas favoritas, mientras sus madres lo seguían.

-Oye Draco.-Hablo Arabella.- Se que no es la primera vez que lo pregunto, pero... ¿Puedes repetirme el por que quisiste que fuésemos amigos desde que nos conocimos?

-Sabes que no me importa repetirlo, pero se que siempre que lo preguntas, es para hablar de los sueños que tenemos, entonces... ¿Que es lo que quieres saber ahora?

-En realidad no era por eso. En realidad quiero saber si de verdad quieres ser mi amigo. ¿Sabes a lo que me refiero?-Arabella no lo había dicho en todo el camino, pero la platica con su madre a pesar de no haberle mencionado nada acerca de su amistad, era un tema que le hacía sentir mucha inseguridad, ya que ella apreciaba mucho a Draco y no solo por los privilegios que llegaba a tener, si no también porque desde que lo conoció, había sentido una conexión que no sabía explicar.

-¿Es enserió? Todavía de que le rogué a mi padre la primera vez para que te visitaramos y conseguir el permiso de tu padre para que pudieras estar en mi casa, ¿Es que dudas de mi amistad?

《 E f e c t o  M a r i p o s a . 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora