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Esa misma noche en la casa de los Ohardy, mientras los Brownies, limpiaban la casa, Christa, Adán y Eloise, se encontraban en el comedor y aprovechando la ausencia de Esmond, dialogaban sobre Arabella. Pronto comenzarían las vacaciones y ya habían pasado más de cuatro años, en los que por más que intentarán, no lograban separarla de su amigo Draco.

El joven de los Malfoy, les resultaba alguien bien parecido, pero con mucho poder, cosa que no les agradaba, ya que podría influir en que Arabella no obedeciera a su familia y debido al bociferador que les habían enviado, no podían actuar de manera directa, así que se planteaban como terminar con la amistad desde las esquinas.

—¿Pero que más podemos hacer?—Dijo Christa.—Ya intentamos de todo, amenazarla, hablar por las buenas...

—Pues debemos contarle algo malo de los Malfoy para que se alejé. Además tengo entendido que ha estado cerca de ese Harry Potter. Él no presenta ningún peligro, ¿Por qué no le metemos ideas de él para que se acerque más? Igual, es el elegido y a pesar de tener poder, dudo que le de la misma autoridad que ese Malfoy, le da.—Agregó Eloise.

—Si, pero Arabella no es tonta.—Se unió el señor Adán.—Si le contamos acerca de Potter, se dará cuenta de que sabemos que se involucro en primer y segundo año con ellos. No podemos hacerle saber que la escuchamos hablando con Esmond, ya que es el único al que le cuenta eso.

—Yo aun no se porque no nos contó...—Agregó la señora Christa.—¿No nos tiene confianza?

—¡Ya se!—Interrumpió Eloise, ignorando el comentario de su madre.—Debemos comenzar con Esmond, él se preocupara y meterá la duda en ella.

Los días siguientes, la familia actuó con normalidad, hasta que la señora Christa, como había acordado en su plan, decidió hablar con Esmond durante su día libre.

—¿Esmond?—La señora Ohardy tocó la puerta de la habitación de su hijo.—¿Puedo pasar?

—Claro.—Respondio este.

—Gracias.—Ella paso y cerró la puerta de la habitación.—Quería hablar contigo, no quiero molestar, pero estoy preocupada...

—Te escucho.—Dijo este sentándose en la cama y mirando a su madre.

—Es que, me preocupa Arabella. Mira... las vacaciones anteriores escuche como te contaba sobre ese tal Harry Potter, se que estuvo en peligro y me preocupa su poca confianza...

—Pues ese no es mi problema, tu muy bien sabes porque nunca los dejamos que se metan en nuestra vida.—Espeto Esmond.

—Si, bueno... Es que también queremos que se relacione más con Potter o que conviva con otras personas. Ya que tu padre en una vista al Ministerio, además de encontrarse con Lucius Malfoy, se entero de que durante la primera Guerra Mágica, era un mortifago...

—Pero se aclaro, fue un mortifago bajo la maldicion Imperius.

—¿Y si no?—Dijo la señora Ohardy con un tono de preocupación muy bien fingido.—Estoy muy preocupada y deberías investigar o hablar con ella por si sabe algo, no quisiera que corra tanto peligro...

—De todos modos con Harry Potter correría peligro. Te recuerdo que Quién Tu Sabes, regreso en primer año y la arrastraron a ese problema.

—Bien, como digas, solo te comentaba porque estoy muy preocupada...—Pronto Christa se dio la vuelta aún fingiendo muy bien su preocupación y se marchó.

Esmond a pesar de no querer confiar en su madre, se quedó con el miedo de que su hermana se arriesgara.

En Hogwarts, ya habían terminado las clases y todos regresaron a sus hogares. Las vacaciones de verano habían comenzado y Arabella se despidió de su amigo, para regresar a casa. Al fin, habían hecho las pases, por segunda vez. Aunque Arabella no le contó exactamente porque lloraba, solo le dijo que aquel hipogrifo que libero, se marchó y no supo a donde iría.

《 E f e c t o  M a r i p o s a . 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora