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-E-ehm..Spreen..¿Ya te p-puedes quitar? Tus lentes se van a caer..-El sonrojo de ambos era evidente, llevaban en esa pose más de lo necesario, ya sea por el shock o por algo más..

-S-si! Disculpa capo..Vos estas bien?-El castaño asintio y el pelinegro se paro, para luego extender su mano hacia Roier. Esta vez, Roier tomo la mano del más alto y se paro. Spreen se rasco la nuca y Roier miraba a otro lado, ambos ruborizados por lo antes ocurrido. Nadie sabia que decir luego de haber pasado por eso.

-Entonces..¿Porque mejor no vienes a mi casa ahora? Si no te molesta, obviamente.- El argentino lo miro, para luego tocarse los bolsillos de su pantalon (Si, ya se cambio de ropa) aparentemente buscando algo.

-Se me quedo mi telefono en mi casa..Che, no te molesta ir a mi casa e ir por mi telefono?- No se dignaba a mirar al castaño a los ojos, aun estaba avergonzado. Pero en el micro-segundo que lo vio, estaba sonriendo y asintiendo, aun sonrojado. Ver asi a Roier hizo que se sonrojara más, trato de disimular su sonrojo mirando a otro lado y acomodandose los lentes- Bien, acompañamé entonces.

Ambos partieron a la casa de Spreen, no estaba tan lejos, pero el ambiente era un tanto incomodo, nadie hablaba, nadie se miraba, todos estaban en lo suyo. Querian mirarse, pero la verguenza les ganaba. No era su primer amor, pero algo les impedia dar el primer paso.

-Viejos, me ire a casa de Roier.-Dijo Spreen mientras abria la puerta e invitaba a Roier para que pasara.

-Hola ozito.- Vegetta lo miro sonriendo, pero al ver que estaba Roier detras de Spreen, se tapo la boca y sonrio de manera nerviosa.- Hola mi niño, perdon, pense que Ivan venia solo..Entonces, a que venias, hijo?

-Solo vengo a buscar mi telefono, ma, y ya despues me voy.-Beso la mejilla de su papá y subio las escaleras, dejando a Roier solo con Vegetta.

-Estem..Tiene muy linda la casa tia..hehe- Dijo Roier, intentando sacar algun tema de conversacion.

-Muchas gracias, mi niño. Usted esta muy grande, ¿como estan tus padres? Hace tiempo no he podido hablar con ellos.

Ambos siguieron hablando, esperando a que Spreen bajara. Pero el hibrido estaba arreglandose desesperadamente, se habia despeinado y se habia manchado.

Luego de esperar un rato, Spreen bajo las escaleras, mientras bajaba tenia una liga para el pelo en la boca, y se estaba haciendo una coleta. Roier lo quedo mirando, como si de la 8va maravilla se tratase.

-Bien capo, ya nos vamos. Chau ma.-Vegetta sonrio y despidio a ambo, abriendoles la puerta y deseandoles buena suerte.

-Mh..Se te ve bien la coleta, Spreen.-Hablo el más bajo, intentando romper el silencio que habia, sin sonar desesperado por hablar.

-Meh, es algo que me hago siempre. Gracias igual, 𝙖𝙧𝙖𝙣̃𝙞𝙩𝙖.- El castaño se quedo atonito, era la primera vez que Spreen le decia algun apodo, aparte de los comunes como: Pelotudo, araña pelotuda, araña de cuarta, putito, etc..Era un apodo..¿tierno?

-Veo que porfin caes en mis encantos, osito.-El castaño se echo a reir, para luego hacer como si besara a Spreen en la mejilla, a lo cual el pelinegro solo lo miro y con su mano empujo a Roier.- HEY, PUTO.

-Callate, putito. No ves que ya nos estan mirando?.- El castaño lo miro enojado, como si le deseara la muerte solo con la mirada.

-Ts ts..Y a mi que si nos miran, mide tu fuerza pendejo.

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Ya al llegar a la casa de Roier, el par seguia discutiendo, pero le tapo la boca a Spreen, el cual estuvo a punto de nombrar a su santa madre en sus maldiciones. Miro a Spreen, con el seño fruncido y abrio lentamente la puerta de su casa.

𝑷𝒓𝒆𝒕𝒕𝒚 𝑺𝒑𝒊𝒅𝒆𝒓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora