﹒08: Vilo﹒

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ataquemos—Vilo.

Pov Omnisciente

Estaba nublado, un lunes, debido a su licencia por la lesión que había tenido no tendría trabajo al menos unas semanas, era bastante temprano y el azabache había quedado solo en casa ya que Tina necesitaba ir a trabajar, le había ordenado que se quedara en casa. Lo que claramente no hizo.
¿Donde se encontraba? En la playa, no le importaba demasiado el frío, era irrelevante, le encantaba sentir la fría brisa en su cara y en su cabello. ¿Cómo había llegado? Tomo prestado el auto de Tina, más bien ella no sabía pero si era prestado.

Se encontraba sentado abrazando sus piernas con un cigarrillo en la mano y el humo saliendo de sus labios rotos y secos. Traía un suéter Azul marino obscuro con pantalones negros y unas zapatillas Vans, su gorro y clásico listón de siempre. ¿Que hacía realmente? ¿Que se adueñaba de esa cabeza? ¿Quien era el autor de sus pensamientos intrusivos? De su corazón, de sus sueños y preocupaciones.

Fácil, La bella y misteriosa señorita inseguridad.

Una palabra, un sentimiento, una condición, un compañero de vida.
Es horrible convivir con ella, sin embargo es algo ya cotidiano, incómodo e insoportable.
Te llena la mente como si fuera un vaso, lleno de agua. En este caso, el agua es incomodidad, miedo, desesperación, hasta se podría decir que sufrimiento, el peor sufrimiento de todos. El dolor puede generalizarse en dos partes.

Físico.

Emocional.

El físico por cualquiera que lo vea puede decir que es el peor. Para otras personas el emocional debe ser el más horrible y agonizante.

Para Alex Quackity el peor dolor era el emocional, era agonizante, sombrío, antipático. Había pasado por distintos tipos de golpes y heridas, pero ninguno era peor que una herida emocional. Era peor que cualquier apuñalada en el pecho, cualquier golpe, patada, mordida.

El dolor emocional era como el dolor físico.

Le descuartizaban el cerebro en mil pedazos.

Le devoraban el corazón hostilmente.

Le apuñalaban el estómago hasta llegar a su páncreas o traspasar cada órgano, hueso o pedazo de carne interna.

Odiaba sentir.

Odiaba sus complejas emociones.

Odiaba odiar.

Odiaba amar.

Odiaba con toda su alma a el miedo, el que le había arrebatado su corazón, lo encerró en la más horrible jaula nunca vista por el individuo humano, la peor jaula, estrecha, fría, asfixiante, amarga, maloliente, atacante y horrible. Era una pesadilla, una pesadilla la cual te asfixiaba hasta no poder respirar, hasta hundirte en tus propios pensamientos y emociones, hasta la ultima lágrima, hasta derramar sangre, hasta gritar de dolor.

Era infeliz.

¿Realmente? ¿Por que? Siempre quiso ser feliz, siempre fue una persona feliz, no es Justo.

No sabía que era este sentimiento asfixiante.

Sin embargo, aún tenía esperanza.

¿Raro? Quizás, algo dentro de él lo decía.

"Todo estará bien" Las palabras mágicas, ¿cuando lo estaría realmente? "Después de la tormenta sale el sol" ¿Cuando o como saldría el sol en estas circunstancias?.

No sabía, lo odiaba.

Pero siempre hay que ser paciente, suponía. No le gustaba que el tiempo llevara a cabo sus decisiones, el mismo lo hacía, el tiempo las controlaba, o al menos eso suponía.

. ✦˙M Y  F I R S T L O V E ! ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora