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𝚃𝚎 𝚑𝚎 𝚟𝚒𝚜𝚝𝚘 𝚊𝚗𝚝𝚎𝚜
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— ¡Noooo! —gritó la pequeña y se tapó los ojos.
Julia rió y negó mientras cocinaba.
— ¡Casi chocan! —gruño— ¡Ollie lleva la delantera! —gritó emocionada.
— Eso es genial —sonrió Julia— Es muy rápido en las curvas —analizó la carrera— Es una gran ventaja.
Julia vivía con sus padres, hace unos años atrás quedó embarazada de Daniela. Ella y el padre de la pequeña trataron de hacer que funcionara, pero no lo lograron, así que decidieron no estar juntos, pero el estaría pendiente de la niña.
— Cariño, tu hermano llegará pronto —aviso su madre y ella asintió— Comeremos afuera, traerá a sus amigos —dijo— ¿Haces un pastel? —sonrió.
— Bueno... creo que es hora de volver, ¿no? —susurro y su madre sonrió al ver cómo su hija volvía a ser ella otra vez.
Julia amaba cocinar postres, además de los autos.
— Mi pequeña —le besó la frente— Es bueno verte volver —se secó las lágrimas.
La puerta se abrió dejando ver a su hermano y a sus amigos.
— ¡Tío Carlos! —exclamó la pequeña y se lanzó a los brazos del piloto de Ferrari.
— ¡Mi niña! —sonrió— Chicos, ella es mi sobrina, Daniela —la presento— Saluda, Dani.
— Hola —susurro y se escondió entre los brazos de Carlos.
— Hola, Dani —sonrieron varios pilotos y ella saludó con la mano nuevamente.
— Tío, Ollie está liderando la carrera y tiene la vuelta más rápida —le hablo a su tío.
— Eso es genial —sonrió.
Todos siguieron a Carlos a la cocina mientras reían con las cosas que Dani decía.
— ¿Cómo va, mami? —preguntó Dani.
— Sin duda el sector tres es el fuerte de Ollie —dijo Julia— Buenas tardes, soy Julia —se presentó.
— Un placer —dijeron todos.
— Vamos afuera, mamá tiene la comida allá —dijo Julia y tomó a Dani y la llevó afuera.
La merienda transcurrió bien y Daniela había tomado confianza.
— ¿Qué quieres ser? —le pregunto Lando a Daniela.
— Quiero ser piloto como mi tío y mi mami —respondió y Julia y Carlos sonrieron.
— ¿Para qué escudería? —preguntó Lando nuevamente.
— Ferrari —contestó y Carlos sonrió.
— No sabía que corrías —le dijo Sebastián Vettel a Julia.
— Bueno... Fue hace años —dijo y le alcanzó el vaso de jugo a Daniela.
— ¡Tienen que ver sus carreras! —dijo Daniela y levantó sus manos— Corría como Ayrton Senna —Julia rió.
— Ay, bonita —suspiró. Julia miró a su madre quien le sonrió.
Julia lavaba los platos cuando Sebastián entró a la cocina.
— Hola —Julia se volteó y sonrió al ver al 4 veces campeón del mundo— Daniela me pidió que te dijera que si puede comer más pastel —dijo.
— No debería, pero si —dijo Julia.
— Fue mentira —confesó Sebastián. Julia frunció el ceño y se secó las manos con un paño.
— ¿Qué cosa? —preguntó confundida.
— De que no sabía que corrías —dijo y Julia se lamió los labios— Carlos nos llevó a Charles y a mi a ver una carrera en Imola —recordó.
— Eso fue hace bastante —hizo una mueca.
— Ganaste —sonrió.
— Si, recuerdo eso —suspiró.
— Yo... desde que te vi —carraspeó— ¿Quisieras salir un día conmigo? —preguntó rápidamente y se sonrojó.
— Si —aceptó.
— Eso... —balbuceó— Pensé que te negarías.
Julia rió y tomó su mano.
— Vamos por pastel —susurro y Sebastián se perdió en los ojos de la mujer.
Ambos caminaron hacía afuera y Julia le dió otro pedazo de pastel a Daniela.
— ¡Papi! —gritó la pequeña y salió corriendo hacía su padre.
— Mi vida —la alzó y le dio besos en la frente— Julia —saludó y luego miró a los pilotos.
— Robert —saludó Julia y soltó un suspiro.
— Es Lewandowski —susurró Lando ocultando su emoción.
