𝟏𝟐 | 𝐒𝐞𝐛𝐚𝐬𝐭𝐢𝐚𝐧 𝐕𝐞𝐭𝐭𝐞𝐥

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𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙲𝚑𝚊𝚛𝚕𝚎𝚜

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𝙻𝚊 𝚑𝚎𝚛𝚖𝚊𝚗𝚊 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝙲𝚑𝚊𝚛𝚕𝚎𝚜

María era la hermana de Charles, dos años menor que el

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María era la hermana de Charles, dos años menor que el. Trabajaba con el equipo de Marketing y a veces ayudaba con los diseños nuevos de la marca.

María siempre acompañaba a su hermano a las carreras, ambos eran muy unidos. Cuando Charles entró a Ferrari, María lloro de felicidad y vio en el a Jules.

Últimamente, el equipo pasaba por altos y bajos debido a las peleas constantes entre Charles y Sebastián Vettel.

María estaba en su oficina trabajando en algunos videos y mejorando el nuevo diseño de la gorra de Ferrari, que se usaría en el Gran Premio de Mónaco.

La puerta se abrió de golpe y se cerró, asustándola. Ella apartó la vista de su computadora y se encontró con Sebastián Vettel, quien respiraba pesadamente y se deslizaba en la puerta hasta llegar al suelo.

Se levantó asustada y se colocó frente a él.

— ¿Seb? —lo llamo preocupada— ¿Qué pasa? —preguntó— ¿Estás bien? —miró su celular en la mesa— Llamaré a un doctor —dijo.

Vettel la sujetó de la mano y ella lo miró, el negó con la cabeza.

— Estoy bien —susurro y respiro profundamente— Solo estaba molesto.

María asintió y lo ayudó a levantarse, lo guió hasta el sofá de color rojo y se sentó junto a él.

— ¿Quieres agua? —preguntó María y el asintió.

Ella se levanto y abrió la pequeña refrigeradora que había y sacó una botella de agua. Se volvió a sentar y se la dio. El hombre le agradeció y bebió agua.

— Gracias —susurró, y ella sonrió.

— ¿Puedo preguntar qué pasó? —preguntó ella y el la miró e hizo una pequeña mueca.

— Tú hermano...

— Oh... —ella comprendió— ¿Otra vez ustedes dos peleando? —bufo y sonrió con sarcasmo.

— Es que actúa como Niño pequeño —dijo Sebastián y rodó los ojos.

— Y tú le sigues el juego —dijo María y se sentó sobre su silla otra vez y volvió a su trabajo.

Ella prefería no intervenir en los problemas de esos dos.

— ¡No es verdad! —exclamó ofendido y se levantó, se colocó a su lado y vio la computadora— ¿Nueva gorra? —preguntó y ella asintió.

— ¿No debes ir a... no sé... —lo miró dudosa— hacer cosas de pilotos? —preguntó.

— ¿Me echas? —preguntó Sebastián y la giró sobre su silla, recargó sus manos a los lados de la silla y la miró fijamente.

Ella sintió su corazón latir con fuerza.

— No —su voz era aguda. Lo tenía tan cerca.

— Parece —murmuro— ¿Te pongo nerviosa? —cuestionó— He visto como me ves —susurro Vettel, muy cerca de sus labios.

María tragó saliva y se quiso levantar, pero el se lo impidió.

— No se de que hablas, Seb —mintió ella— ¿Puedes dejarme? Necesito trabajar —informó.

El sonrió y pegó sus labios a los de ella tomándola por sorpresa. María se dejó llevar, sus labios eran tan dulces como la maldad y eso le encantaba.

Llevo sus manos al cabello del hombro y este subió una mano a su cuello.

— Seb —susurró— No podemos...

— No sabes hace cuanto tiempo deseo besarte, María —susurro contra sus labios y la besó profundamente, ella se levantó de la silla, permitiéndole a el tomarla de la cintura, ella tenía una mano en su nuca y con la otra recorría su cabello.

Se apoyó sobre el escritorio y el se pegó más a ella, María soltó un jadeo sobre los labios de Sebastian y el empezó a descender sus besos hacia su cuello.

La puerta se abrió de golpe, dejando a ver un Charles Leclerc molestó y después sorprendido.

— ¿Qué carajos...? —preguntó Charles mirando a su hermana.

María se apartó de Sebastián y se dio la vuelta, vio a su hermano.

— Charlie —susurró, Charles miró a Vettel molestó.

El alemán posó una mano en la cintura de la chica y pegó la espalda de María con su pecho.

— Yo te voy a matar —gruño Charles.

— Inténtalo —gruño Sebastián, su boca estaba roja debido al pinta labios de la chica.

Charles avanzó hacia el y María quedó en medio de ambos.

— ¡Hey, hey! —empujó a su hermano quien trataba de alcanzar a Sebastián— ¡No, no, no, no! —negó.

— ¡Es mi hermana! —gritó Charles y logró librarse de María.

— Bueno, es mi mujer —dijo relajado y se alzó de hombros. El corazón de María latió con fuerza y lo miró sorprendida— Nos vemos, bonita.

— ¡Cobarde! —gritó Charles y fue detrás de él.

María se pasó una mano por su cabello y negó con la cabeza.

Estaba jodida.

𝔒𝔫𝔢 𝔰𝔥𝔬𝔱𝔰 | 𝐅ó𝐫𝐦𝐮𝐥𝐚 𝟏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora