사랑해 • [Minho - XO Kitty]

01.

El día antes del comienzo de clases siempre era el más largo, pues todos esperaban a la noche de bienvenida. Hyori terminaba de sacar cosas de su maleta cuando Dae la llamó.

—¿Hola?

—Kitty me dijo que me tiene una sorpresa, tengo que pagar la escuela, no tengo nada para esta noche y tengo como veinte problemas más. Dime que tú estás bien —decía con una notable desesperación en la voz.

—Sí, yo estoy bien, ya te dije que puedo pagar la escuela por tí, lo de Kitty que genial, me cuentas qué es. Lo que sea se te ve bien y los otros veinte, te ayudó con diez —decía Hyori animada, le gustaba cuando su amigo le contaba su día, como una especie de diario.

—No, yo puedo pagar, ya me falta poco. Obvio te diré la sorpresa y gracias por ayudarme con diez problemas. Te llamo después que necesito buscar lo de hoy, bye.

—Bye, bye —cortó la llamada.

Hyori siguió acomodando sus cosas mientras escuchaba música. Dieron las 4:20 y fue a buscar un poco de comer, aún con los audífonos puestos caminó hasta la cafetería que estaba cerca de la escuela. Pidió un café frío y se sentó a ver a las personas pasar, a los niños jugar y a los ancianos dar sus pequeños paseos. Esas eran una de las pocas cosas que ella disfrutaba. Le relejaba ver la vida de las demás personas e imaginar que era igual de feliz que ellos, aunque también creía que muchas de esas personas fingian ser así de felices.

Una vez terminó su café se fué de vuelta a la escuela, en el camino vió a la persona que menos esperaba. Minho, él caminaba con esos aires de superioridad y con su perfecto cutis. Los dos hicieron contacto visual hasta que Hyori lo cortó siguiendo su camino. Llegó de nuevo a su habitación, una vez dentro se recostó y se quedó dormida.

Una voz la despertó, era su nueva compañera de habitación, Madison, la saludó y entablaron una pequeña conversación, la chica era divertida, pero un tanto extraña. Al llegar la noche ambas se preparon para la fiesta de bienvenida. Hyori bajó primero, al llegar buscó a sus conocidos y una vez los vió fué hasta ellos.

—¡Q! —dijo con emoción—, Minho —soltó de mala gana—. ¿Dónde está Dae?

—Hola, pequeña —saludó el moreno.

—Hyori —dijo el otro en el mismo tono monótono que ella.

—Y, no lo sé, no le he visto —respondió el más alto buscando con la mirada al mencionado.

—Bueno, ¿qué tal sus vacaciones? —los tres chicos iniciaron una conversación amena hasta que una chica chocó con Minho derramando su bebida en él.

—Oh Dios, lo siento —dijo ésta muy apenada.

—Fijate por donde vas —el azabache levantó la mirada.