Escándalo

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La prensa había estallado ese día desde temprano, en todo el Internet circulaban las imágenes del CEO de la empresa de seguridad más importante de Japón teniendo un encuentro íntimo con el que se reconocía como su asistente, toda la sociedad japonesa cuchicheaba el chisme, en la empresa de Endeavor los teléfonos no dejaban de sonar y Burning junto a sus compañeros no se daban abasto para responderlos todos, muchos eran de la prensa que buscaban a su CEO para preguntarle sobre las escandalosas fotos y otras más eran de clientes y socios indignados por el chisme que querían explicaciones o de plano, terminar sus contratos, lo que generaría un pérdida millonaria en la empresa

En la escuela Shoto fue llamado a la dirección por su director y profesor para ofrecerle la oportunidad de ir a casa y ocuparse de sus "problemas familiares" ya que a esa hora media escuela ya sabía de la noticia, Shoto mantenía su habitual cara seria, aunque por dentro estaba de verdad conmocionado, no solo por el escándalo, si no porque sabía que todo lo que pasaba era por obra de Touya, Natsuo pasaba lo mismo en su universidad, con su novia tratando de consolarlo y siendo su apoyo, estaba confundido ya que siempre pensó que ver a su padre en medio del escándalo y siendo juzgado por todo mundo le sería muy placentero, pero ahora que por fin pasaba se sentia más agrio que dulce, eso acompañado de una culpa que crecía en su pecho ya que el había ayudado a que esto fuera posible

Fuyumi no había salido de su casa aún cuando se entero de la noticia por medio de la televisión, al mismo tiempo que Rei, después de enterarse ambas habían apagado la televisión y empezaron a ver como varias camionetas de prensa, reporteros y fotógrafos se instalaban fuera de su casa, pidiendo entrevistas, la cara de Rei parecía en total shock y Fuyumi nunca dejó de abrazarla, pensando que era una verdadera lastima que su madre se enterara de la infidelidad de su padre de tal forma, Enji por su parte seguía encerrado en su habitación, estaba pálido y sudaba frío, su estómago se había revuelto tanto que incluso vomito dos veces, su teléfono no dejaba de sonar con los números de sus socios en pantalla, no podía responderles, la voz ni siquiera le salía, en medio de tal caos pensó en Keigo, había intentado hablar con él desde el principio pero no le respondía, lo cual no hacía más que hacer crecer su angustia, se preguntaba ¿como lo estaría pasando él?

Keigo por su parte se encontraba en su cama abrazándose las rodillas, fuera de su cuarto Rumi tocaba insistentemente pidiéndole que abriera la puerta para que hablaran, pero Keigo no podía dejar de temblar y sollozar, él fue el primero en enterarse de que algo malo pasaría cuando al salir de su edificio encontró un afiche con su cara que tenía escrito la palabra "Rompe hogares" así como ese encontró más regados por todo el campus, decían desde "adultero" "vendido" hasta otros términos más vulgares, Keigo intento retirarlos pero eran demasiados y muchos de sus compañeros e incluso maestros que llegaban temprano ya los habían visto, lo peor fue cuando vio la pizarra de anuncios de su clase, en ella había fotos de sus padres, su padre al momento de ser arrestado por asesinato y su madre en la clínica de rehabilitación, además de muchas notas coloridas que hablaban sobre cómo él vivió en la calle, estuvo en un orfanato y como había aceptado mucho dinero para meterse con un hombre casado, Keigo entró en crisis en ese momento, desesperado intento quitar las notas y las fotos pero era inútil, miró de reojo a sus compañeros rodearle, algunos lo miraban con burla, otros con asco y hasta con lástima, Keigo no soporto más, salió corriendo del lugar para refugiarse en su habitación, había pensado en llamar a Enji pero su teléfono ya no encendía, lo que causó un arranque de ira y terminó estrellándolo contra la pared

En ese momento lo único que quería era morirse...

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La puerta se recorrió y Enji la miró casi horrorizado, la figura de su esposa se hizo presente en el umbral, con la mirada tan gélida como un témpano de hielo

Vida PropiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora