Cupid || Min ho

SINOPSIS

Mirar mis redes sociales se había convertido en mi pasatiempo favorito, y digo favorito porque era mi manera de enterarme acerca de la vida de muchas personas.

Si, podría ser catalogado como chisme, pero sin duda era bastante entretenido.

O al menos eso solía pensar hasta que yo fui la persona a la que se le involucraba en uno, por esa razón ahora estaba recostada en el piso de mi habitación, con los pies sobre la cama y los ojos cerrados, escuchando música a un volumen lo suficientemente alto como para no oír lo que sucedía fuera.

Era mi burbuja de tranquilidad, hasta que Kitty la rompió al entrar a mi habitación y arrojarme un cojín a la cara.

- ¡Hey! - me llamó - Reunión familiar, te esperamos abajo - cerro la puerta y suspire fuertemente mirando el techo, hasta que volvió entrar - Vamos, ahora.

- ¡Ya voy! - bufe rondando por el piso para después ponerme de pie y seguirla a la planta de abajo donde ya se encontraban papá y Trina - ¿Que hiciste ahora, Kitty?

- Nada - respondió con indignación guiándome hacia el sofá - Bueno, nada malo.

- Eso no me consuela - dije sentándome junto a papá.

Ella soltó una pequeña risita y comenzó con una presentación titulada "Kitty y Dae, amor contra viento y marea". En resumidas cuentas, descubrió que mamá estudiaba en una prestigiosa escuela en Corea por una caja que encontró en el ático de los abuelos y, por obra del destino, es exactamente la misma escuela en la que su novio Dae estudia actualmente.

Miraba el televisor sin mucha emoción, pues realmente no tenía idea si todo eso me involucraba a mi o la razón de por qué tenía que estar yo ahí.

- Solicité ir a KISS y entré - anunció con entusiasmo mirándonos a los tres - ¡Obtuve la misma beca que mamá!

Mis ojos se abrieron como platos y mi cerebro trataba de analizar las últimas palabras de mi hermana, ¿Se iría a Corea?.

- ¿Así que esto sería... - comenzó a hablar papá mientras comía palomitas - tu, eh... primer año de universidad?

- No, de preparatoria - especifiqué en lugar de Kitty - ella lo dijo, como mamá.

- Preparatoria. Cariño las clases comienzan la próxima semana. - intentó explicar nuestro padre pero lo interrumpí.

- Momento - levante un dedo y las tres personas en la habitación giraron a verme - Conozco a Kitty perfectamente, como para saber que, si estoy aquí presente es por algo.

Kitty sonrió con inocencia y puedo jurar que ví un toque de malicia en sus ojos, así que la mire atentamente esperando a que hablara.

- Es que... solicité la beca para ti también Kenzie. ¡Nos dieron la beca!.

- ¿Que hiciste que? - pregunté poniéndome de pie y rápidamente comencé a negar con la cabeza - No, esto es...

- Si, lo se. Es una locura, pero hoy se acaban de abrir dos lugares - dijo emocionada mirando a papá - Que, de nuevo, el destino.

De nuevo, mi cerebro intentaba procesar lo que sucedía y Kitty intentaba convencer a papá de que esto era una gran idea, sin embargo, él seguía viéndose poco convencido.

- Cariño, espera.Yo... - intervino Trina en la conversación - creo que es lindo que quiera saber más sobre su mamá y su cultura. Pase un verano en la India con mi prima cuando tenía más o menos la edad de las chicas y me cambió la vida por completo.

Me desvíe de la conversación cuando mi celular comenzó a vibrar y el nombre de "Nate" apreció en la pantalla, seguido de dos mensajes preguntándome si podíamos hablar.

Nate, mí ahora ex novio, había dedicado las últimas dos semanas de su vida en buscarme.

Ir a un internado en Corea no sonaba tan mal después de recibir sus mensajes de acosador.

- ¿Que... - comencé guardando nuevamente el celular en el bolsillo trasero de mi pantalón después de que Kitty fingiera tos para llamar mi atención.

- Escucha... - me pidió tomándome ambas manos - es muy precipitado, lo sé. Y también se que debí consultarte antes de solicitar una beca para ti, pero yo...

- Kitty - interrumpí y me miró atentamente - Iré contigo a Corea.

La sorpresa en su rostro no duró mucho por el gritito de emoción que soltó segundos después, sonreí un poco y mire a papá.

- Entonces, ¿Podemos ir? - interrogó Kitty.

- Pueden ir - accedió al fin.

- ¿En serio? ¿En serio? - preguntó dando saltitos de emoción - ¡Muchas gracias! ¡Gracias! Te amo.

No pude decir nada cuando Kitty tomó mi mano y salió corriendo hacia las escaleras, arrastrándome con ella. Nunca la había visto tan emocionada y me gustaba verla feliz, por lo que no puse mayor resistencia.

Incluso cuando casi me tira en los últimos escalones.

Las últimas horas no dejó de hablar sobre lo increíble que sería este viaje para ambas, que conoceríamos mejor a mamá y, lo que acaparaba toda su emoción, vería a Dae después de cuatro años.

Solo espero que tenga razón y esto no sea una terrible idea...